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¿Está suficientemente protegido frente a los imprevistos? La brecha de protección de la sociedad española a través del seguro de vida ronda los 28.600 millones de euros, según Fundación Mapfre.

Un texto de Virginia M. Zamarreño

Cada hora, el seguro de vida paga cinco prestaciones por fallecimiento por un importe de 134.571 euros. Por su parte, los seguro de vida ahorro pagan en esos mismos 60 minutos prestaciones a ahorradores por 1,36 millones de euros. Más de 20 millones de españoles confían su protección –actual y futura- al seguro de vida, que gestiona más de 210.000 millones de euros en ahorro de sus asegurados.

Puede que estas cifras parezcan altas, pero no lo son. La sociedad española no está tan bien protegida como debiera. En concreto, la brecha de protección del seguro de vida en España ronda los 28.600 millones de euros, cerca del 50 por ciento del volumen total de negocio del sector asegurador, según las cifras ofrecidas por Fundación Mapfre en su estudio El mercado español de seguros en 2015, presentado en septiembre de 2016.

Fundación Mapfre obtiene esta cifra después de comparar el mercado potencial del sector asegurador en el mercado español con el volumen de negocio del seguro de vida. Y como todos los datos, su lectura puede ser positiva o negativa. La negativa es que los españoles estamos desprotegidos frente a imprevistos y no ahorramos lo suficiente a través de las opciones que ofrece el seguro de vida. La positiva es que el sector aún tiene mucho por hacer y un potencial de crecimiento del 50 por ciento del mercado. Pero hay que convencer al consumidor de la necesidad de protegerse.

Hace poco, un conocido periodista advirtió en un auditorio repleto de profesionales del sector asegurador que “es más fácil convencer a alguien de que juegue a la Primitiva que venderle un seguro de vida”. Aunque esa tendencia puede estar cambiando.

¿Estamos protegidos frente a imprevistos?

El principal argumento para contratar un seguro de vida –en cualquiera de sus modalidades, riesgo y ahorro- es contar con el respaldo económico suficiente para hacer frente a la jubilación. Muy pocos se paran a pensar en la necesidad de protegerse de los riesgos que nos rodean a diario. ¿Qué pasa si un accidente nos impide continuar trabajando y ahorrando para el futuro? ¿Ha pensado en cómo hará frente su familia a todos los gastos imprevistos que podrían generarse? ¿Podrá garantizar a sus hijos unos estudios superiores? No es cuestión de ser agorero, sino de ser consciente del riesgo y de protegerse de forma adecuada.

Óscar Herencia, director general de MetLife en Iberia, explica que “nos falta un poco de educación en ese sentido. Hemos vivido en un estado muy garantista históricamente. El 85 por ciento de nuestro salario nos lo garantiza una pensión, la seguridad social nos ha garantizado la asistencia sanitaria, y no hemos tenido la sensación desde muy pequeños de necesitar protegernos. Esto no pasa en las economías más avanzadas, como Alemania, Francia o EEUU, donde hay una educación desde muy joven de intentar construir tu plan de pensiones, de tener una protección adecuada”.

El director general de MeLife para España y Portugal explica, además, que los seguros de vida “no hay que ir a venderlos, es preciso contar con 20 minutos de atención y hablar con los asegurados de lo importante: de sus sueños, de su familia, de sus necesidades, de sus miedos… El sector asegurador está ahí para cubrirlo”.

A pesar de que la sociedad española está cada vez más concienciada sobre el riesgo y sus efectos, aún queda mucho por hacer, especialmente en la vertiente del ahorro. Para Andrés Romero, director general de Santalucía, “el seguro de vida ahorro es diferente, el ciudadano español siempre se ha sentido muy protegido por el sistema público de pensiones y eso entendemos que de cara al futuro no va a ser suficiente para cubrir las expectativas de calidad y confort”.

Romero aboga por la implicación de todos los sectores para cambiarlo: “desde todos los ámbitos hay que concienciar a la sociedad de que el ahorro es necesario y que hay que hacerlo desde edad temprana.

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