La evolución tecnológica del vehículo tiende en buena parte a la conectividad y el taller está obligado a seguir sus pasos. Si bien, según los datos de Solera, existe una brecha digital considerable ya que sólo dos de cada diez están digitalizados actualmente en España. El primer paso para reducir esa brecha y alumbrar el concepto de taller digital pasa por la incorporación del cliente final al proceso de reparación. A través de MyTaller, Solera conecta a todos los actores que intervienen en una reparación (aseguradora, perito, recambista, fabricante, taller, etc) para hacerla más eficiente en tiempo y forma.
A través del móvil, el usuario final puede entrar en la web de MyTaller y consultar el estado de reparación de su vehículo, incluso, a través de fotografías y vídeos visualizar el proceso, aportando confianza y transparencia a un momento crítico para el conductor. Se trata de un gesto como otros tan cotidianos como informarse sobre el estado de sus compras online, desde que adquiere el producto o servicio hasta que le llega a su domicilio o empieza a disfrutarlo.
MyTaller también da voz al usuario pues ofrece la posibilidad de hacer un seguimiento de la satisfacción del cliente posterior a la reparación. De una manera estandarizada y digitalizada, el taller puede consultar al conductor y pedirle que puntúe la experiencia del servicio, lo que le permite identificar las áreas de mejora para fidelizar clientes.
Todas las partes en cada momento
Dentro del proceso de reparación tanto mecánica como de carrocería, hay varias partes implicadas: la aseguradora, el perito, el distribuidor de recambios, el operador de renting si procede o el propio fabricante. Sin embargo, a pesar de implicarse todas ellas en la reparación del vehículo, no estaban interconectadas hasta la fecha lo que restaba eficiencia al proceso.
MyTaller genera un ecosistema de reparación donde todos los actores pueden acceder a la plataforma y asumir su cometido en contacto directo y constante con el taller. Esto permite al reparador desde una única web poder conectar digitalmente todos los pasos que forman parte del proceso de reparación, desde obtener el presupuesto hasta pedir el recambio, pasando por el acceso fácil y completo a toda la información técnica necesaria para reparar el vehículo y a la facturación de la operación.
Esta digitalización de la reparación ayuda a incrementar la eficiencia de cada operación en el vehículo, pudiéndose acortar todo el proceso en hasta media hora. En este sentido, uno de los pasos con mayor índice de mejora es la siempre sensible petición del recambio, teniendo en cuenta que en un 20% de pedidos hay errores. MyTaller permite hacer esta gestión de una manera exacta en sólo tres clics.
La posventa darwiniana
En la actualidad, el taller se enfrenta a un doble escenario que pone a prueba la rentabilidad de su negocio y su futuro, o lo que es lo mismo: la posventa darwiniana. Se trata de un proceso de selección “natural” que vendrá determinado por la tecnología y la adaptación a los cambios sociales en torno al vehículo y que le obliga a tecnologizar su negocio para no quedarse atrás y echar el cierre.
Si el coche hoy es un 80% tecnología, el taller le tiene que ir a la zaga, pues en el futuro talleres y coches estarán interconectados. Si no se conecta, no podrá acceder a los clientes. Además, la tecnología permite mejorar la eficiencia y estandarizar los procesos, haciendo que las reparaciones sean mucho más eficientes.
Una rentabilidad más necesaria que nunca por el actual contexto del parque, cada vez más envejecido, pues en 2022 cuatro de cada diez vehículos superarán los 15 años de antigüedad. Coches más viejos en circulación que son muy poco rentables para la posventa y que coinciden en el espacio y tiempo con medidas administrativas que restringen el uso del vehículo privado, más el desarrollo de nuevas fórmulas de movilidad que, o bien dejan el coche a un lado, o bien cuestionan la propiedad de éste, restando tráfico al taller.
Según el responsable de Mercado Posventa de Solera, José Luis Gata, “menos coches rentables, más tiempo parados y más tecnológicos. Este es el contexto en el que se tiene que desenvolver el taller, que debe hacerse la pregunta de si es capaz de sobrevivir en este contexto y para salir bien parado debe tecnologizarse. Taller digital no es un eslogan, es un cambio de negocio de puesta al día en un momento en el que la foto del coche y del usuario ha cambiado, pero la del taller sigue siendo la misma. Si no cambia la instantánea, tendrá poco negocio y poco rentable”.