El reto del coronavirus ha impulsado las soluciones digitales para garantizar la accesibilidad a los servicios médicos. Las 640.000 vídeo consultas realizadas por Sanitas son un buen ejemplo de cómo seguir estando cerca de las necesidades de los pacientes incluso en los momentos más duros de la pandemia.
Pero no es el único: el Asistente Virtual Psicológico, SanIA, ha jugado un papel fundamental también durante 2020: casi 7.000 personas realizaron una evaluación psicológica a través del chatbot aunque la distribución temporal coincide con las semanas más duras de las dos primeras olas del año pasado, explica la compañía.
El asistente virtual psicológico de Sanitas
“El principal beneficio de nuestro Asistente Virtual Psicológico es que facilita un acceso más sencillo a cualquier persona que necesite ayuda psicológica, ofreciéndoles una evaluación psicológica validada por especialistas para entender mejor la situación que estén atravesando. Si consideramos los datos de 2020, podemos ver que, del total de 6.915 evaluaciones realizadas, 1.507 terminaron con una cita médica con un especialista. Esto tiene un valor inmenso porque permite que cada persona reciba la atención que necesita. Además, también garantiza la continuidad de la atención en personas que ya estaban recibiendo ayuda previamente”, ha explicado César Morcillo, director médico del Hospital Digital de Sanitas y autor principal del estudio publicado en Journal of Scientific & Technical Research sobre el impacto de SanIA durante la pandemia.
El hecho de que más de 1.500 personas pudieran identificar un problema de salud mental a través de un sistema de inteligencia artificial y, a continuación, poder ser atendidos por un especialista a través de vídeo consulta, subraya el valor de la digitalización y la normalidad con la que los propios pacientes están adoptando la tecnología para gestionar su salud.
El efecto de la pandemia
“La pandemia ha provocado un cambio en los hábitos de las personas. Durante los confinamientos la actividad de consultas presenciales se redujo de un modo muy importante. Pero eso no quería decir que ya no hubiera necesidad de consultas, sino que no podían asistir físicamente a los hospitales. En nuestro caso, la videoconsulta nos ha permitido realizar todos esos actos médicos con toda la normalidad que la pandemia nos permitía, estando cerca de los pacientes y solventado sus problemas de salud”, ha señalado Morcillo.
En el campo específico de la salud mental, la actividad de SanIA apunta a problemas específicos de salud directamente relacionados con la tensión que la sociedad estaba soportando: el 28% de las personas que utilizaron el asistente virtual mostraban ánimo deprimido, el 13% irritabilidad, el 10% ansiedad o ataques de pánico, entre otros.
“La pandemia nos ha puesto a prueba a todos. La depresión, la irritabilidad o la ansiedad son trastornos que podemos relacionar fácilmente con nuestra vida en el último año. El hecho de que los picos en el uso de SanIA coincidan con los picos de infección durante 2020 pueden responder a la vivencia personal por enfermedad de algún ser querido, a la ultraexposición a noticias negativas relacionadas con la pandemia, a la incertidumbre por la crisis económica y las restricciones de la movilidad. Muchas vidas quedaron en pausa durante meses en los que la relación social se limitó a medios tecnológicos. Está claro que eso pasa factura”, ha señalado Soraya Bajat, jefa de Psicología en el Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela y jefa de Salud Mental en el Hospital Sanitas La Moraleja.
Interacción con un chatbot
Las personas responden de manera muy diferente al uso de la tecnología y en el caso de interacciones con soluciones digitales, también. La clave para que las personas se sintieran cómodas utilizando SanIA y confiaran en esta primera atención digital residió en la percepción de su utilidad. Normalmente las personas sienten algo de desconfianza al interactuar con un chatbot, pero en el caso de SanIA durante la pandemia, la experiencia de las personas que la han utilizado ha sido muy satisfactoria y con un altísimo valor asistencial.
“Estamos convencidos de que la inteligencia artificial, el procesamiento de lenguaje natural, el machine learning y los asistentes virtuales nos permite añadir valor a la experiencia del paciente. En el caso específico del Asistente Virtual Psicológico hemos comprobado que ha ayudado a personas con depresión o ansiedad a reestructurar sus situaciones personales utilizando técnicas de terapia cognitiva, del mismo modo que un psicólogo haría en su consulta física”, ha explicado Daniel Tizón, responsable de Inteligencia Artificial y Big Data en Sanitas y creador de SanIA.
Ventajas del servicio de Sanitas
Entre las numerosas ventajas que se desprenden de la implementación de estos chatbots está la posibilidad de preservar el anonimato, un detalle muy valorado por los pacientes con este tipo de patologías, ya que, sin necesidad de acudir de manera presencial, pueden recibir la respuesta a sus necesidades por parte de un equipo de expertos altamente cualificado en un corto espacio de tiempo.
“Con esto no se pretende sustituir la consulta médica con el profesional, pero sí proporcionar recursos a las personas para que puedan manejar situaciones de salud con más información y acceder a las consultas con especialistas con mayor facilidad. En el caso de la pandemia, la realidad demuestra que es un elemento muy valioso para las personas”, asegura Tizón.
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