España enfrenta una ola de calor inusual a fines de abril, con temperaturas máximas que no se registraban desde 1945.
Los más de 25 millones de viviendas que hay en España más del 80% son ineficientes, lo que supone que 20 millones de hogares tienen una calificación energética E, F o G.
I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad de Unión de Créditos Inmobiliarios
Más del 80% de las viviendas españolas tienen una calificación energética de E, F o G, lo que significa que no son eficientes y no proporcionan un aislamiento adecuado en condiciones climáticas extremas. Sin embargo, la mayoría de los españoles cree que sus hogares son eficientes, según un estudio de UCI.
La Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios propone que para 2030, los propietarios de viviendas con calificación energética G o F las rehabiliten para obtener una calificación E, aumentando hasta la letra D en 2033.
Según los analistas de UCI, las viviendas rehabilitadas ofrecen una temperatura más estable y confortable y ahorros de energía de hasta el 60%. Dos de cada tres propietarios consideran la rehabilitación de sus viviendas como un objetivo en un plazo máximo de cinco años. La instalación de paneles solares, ventanas aislantes y aislamiento térmico de la vivienda se dibujan como las reformas principales.
Aunque suponga una inversión económica, llevar a cabo reformas en las viviendas para mejorar su asilamiento siempre es una buena decisión, además de que a medio-largo plazo supondrá un gran ahorro.
Guía para adaptar los hogares a los cambios bruscos de temperatura
- Un buen aislamiento permite ahorrar hasta un 30% del gasto doméstico, además de garantizar el confort y minimizar las pérdidas de calor en invierno y frío en verano.
- No olvidarse de las puertas. Igual que con las persianas, tener las puertas cerradas o poner burletes, permite mantener la temperatura en una vivienda.
- Potencia contratada en electricidad. Cuando el uso del aire acondicionado o los aparatos de ventilación se hace imprescindible, es recomendable revisar la potencia de electricidad contratada. En muchos casos, esta potencia suele ser bastante superior a la necesidad real.
- Aire acondicionado. Aunque el gasto dependerá de cada aparato, algunos pequeños trucos ayudan reducir el consumo y la huella de carbono.
- Energía eficiente. Las fuentes de energía renovables, como los paneles fotovoltaicos, son las más indicadas para el uso de los aparatos de refrigeración.
- No abusar de los grados. A menor número de grados, más gasto de electricidad. La temperatura ideal en verano y en olas de calor como esta está en torno 24-26 grados, por lo que poner el aire a mucha menos temperatura supone un derroche de gasto y energía
- Sistemas programables. Contar con un termostato programable permite regular la temperatura y conectar el aire acondicionado un tiempo antes de llegar a casa para que se vaya refrigerando.
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