Allianz identifica cinco tendencias de sostenibilidad para las empresas

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Las empresas pueden hacer frente a daños ocasionados a su reputación o a responsabilidades legales si no logran gestionar adecuadamente los problemas en materia de sostenibilidad, responsabilidad medioambiental, social y de gobernanza (ESG)

Para las empresas de hoy en día, ya no es suficiente concentrarse solo en generar ganancias y crear valor para los accionistas, también deben demostrar que están marcando una diferencia en temas medioambientales y sociales. A medida que crece la demanda de que las empresas demuestren sus credenciales en materia de sostenibilidad, los consumidores, los inversores, los reguladores y otros interesados exigen a las empresas que rindan cuentas y se enfrenten cada vez más a daños de reputación o responsabilidades legales si no gestionan adecuadamente las cuestiones relacionadas con ESG.

Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS), la compañía de seguros corporativos de Allianz SE, acoge al equipo de servicios empresariales de ESG del Grupo Allianz y ha identificado cinco tendencias clave que van a repercutir en la huella de ESG de las empresas ya desde este 2020: el cambio climático, la gestión del agua, la degradación de la biodiversidad, la explotación en la cadena de suministro y el creciente escrutinio sobre la gobernanza corporativa.

Abordar el cambio climático y la sostenibilidad en la estrategia empresarial

Luchar contra el cambio climático representa el desafío clave para la próxima década. Ocupa el séptimo puesto en el Barómetro de Riesgos de Allianz 2020 –el más alto en su historia– y ya está afectando a las empresas de muchas maneras, como por ejemplo un aumento de las pérdidas físicas debido a fenómenos meteorológicos más graves o posibles repercusiones en el mercado y normativas, como la compensación de las emisiones de carbono.

También existen riesgos de litigiosidad, puesto que ya se han presentado demandas asociadas al cambio climático y la sostenibilidad contra grandes generadoras de carbono en treinta países de todo el mundo, la mayoría se han interpuesto en EEUU.

Muchas empresas están adoptando medidas por las que se comprometen a ser neutrales en cuanto a las emisiones de carbono y se suman a las iniciativas internacionales de descarbonización. Allianz estima que la respuesta a los retos planteados por el cambio climático podría tener un coste para las empresas en todo el mundo de hasta 2,5 billones de dólares en los próximos diez años. Sin embargo, también puede ofrecer nuevas oportunidades de negocio, como métodos de producción de energía renovable, la captura, almacenamiento y eliminación de CO2 o la producción de baterías.

Garantizar el acceso de la comunidad al agua potable

Para 2050, se espera que la población mundial alcance los 9.700 millones de habitantes. Por el contrario, se prevé que la demanda mundial de agua aumente entre un 20 y un 30%, debido principalmente a la demanda en los sectores industrial y doméstico. Actualmente, más de 2.000 millones de personas viven en zonas de alto estrés hídrico y casi la mitad de la población mundial –en torno a 4.000 millones– experimenta una grave escasez de agua durante al menos un mes del año.

La industria agroalimentaria y los agricultores, las centrales térmicas, los fabricantes de tejidos y prendas de vestir, los procesadores de carne, los fabricantes de bebidas, la minería y los fabricantes de automóviles son algunos de los sectores que más agua requieren. La forma en que las empresas tratan esos recursos es objeto de un escrutinio cada vez mayor. Hoy más que nunca se espera que las empresas protejan los recursos hídricos, eviten la contaminación y reduzcan su consumo mediante prácticas modernas de gestión del agua. El cambio de filosofía en torno a los modelos de suministro de agua existentes puede beneficiar a las comunidades locales y aliviar el estrés hídrico en ciertas áreas.

El aumento de la población y el cambio climático, que conlleva un incremento de los fenómenos meteorológicos severos, solo contribuyen a la dinámica de la sequía. Por lo tanto, los gobiernos, la sociedad y las empresas deben cooperar para encarar este desafío.

Proteger la biodiversidad y los recursos finitos para garantizar la sostenibilidad

Los océanos llenos de desechos plásticos, la extinción de especies y la grave degradación de la tierra debido a las tormentas, la sequía o la creciente industrialización, tal como demuestra la tala de la selva tropical del Amazonas, representan tan solo algunos de los ejemplos más palpables del deterioro del planeta. Adoptar unas prácticas de consumo sostenible puede frenar la futura pérdida de biodiversidad.

Como respuesta, hay cada vez más empresas que adoptan las llamadas estrategias de la economía circular con el objetivo de no permitir que los productos se conviertan en desperdicio después de su uso. En su lugar, se vuelven a introducir en el ciclo de producción como materias primas secundarias. Lo que ayuda a la sostenibilidad.

Los productos hechos de materiales secundarios van desde sobras de comida hasta materiales de construcción a partir de fragmentos de neumáticos. Muchas empresas de bienes de consumo lanzan programas de recuperación y reciclaje o reprocesan materiales usados para su uso más allá de sus propios productos.

Prevenir las violaciones de los derechos humanos en las cadenas de suministro

La explotación humana puede adoptar muchas formas en el entorno empresarial –trabajo forzado, trabajo infantil o una normativa laboral insuficiente– y puede ser difícil de detectar en las cadenas de suministro mundiales actuales. Se estima que alrededor de 40 millones de personas se encuentran atrapadas en la esclavitud moderna en todo el mundo.

Industrias como la textil, la alimentaria y agrícola, la electrónica, la deportiva, la construcción o la hostelería han estado relacionadas con la esclavitud moderna, aunque todos los sectores son vulnerables. Se espera un mayor control del cumplimiento en el ámbito de los derechos humanos y la responsabilidad de los directivos en cuanto a la transparencia de las cadenas de suministro.

Las grandes empresas que no adopten las medidas oportunas para erradicar la explotación de seres humanos de sus cadenas de suministro podrían enfrentarse a demandas interpuestas por sus accionistas, a más reclamaciones contra sus consejeros y directivos y a riesgos para su reputación.

Las cuestiones de gobernanza siguen exigiendo la diligencia empresarial

Las empresas y sus directivos se encuentran bajo una creciente presión para mantener una buena gobernanza corporativa. Cada vez son más los inversores que, al evaluar una empresa, se fijan en los estándares en materia de ESG. En los últimos años la prensa ha acaparado titulares sobre actividades empresariales ilícitas como el soborno o la corrupción, una gestión inadecuada de la privacidad de los datos, mala praxis financiera y blanqueo de capitales.

Disponer de estructuras institucionales inclusivas para el diálogo y la cooperación entre múltiples interesados resulta esencial a la hora de garantizar unas buenas prácticas en materia de gobernanza y cumplimiento normativo en sostenibilidad. La buena gobernanza se refiere a los sistemas que permiten y garantizan la rendición de cuentas, la transparencia, la legitimidad, la participación pública, la justicia y la eficiencia.

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