Las startups fundadas por mujeres apenas representan el 8% de las empresas creadas, el 7% de las operaciones de financiación y el 4% de los fondos captados.
Boston Consulting Group (BCG) y SISTA cuestionan la idea de que las fundadoras de startups prosperan cuando se asocian con hombres.
En España, las mujeres están demostrando que pueden lograr un gran éxito como emprendedoras tanto solas como con otras mujeres. A pesar de esto, aún persiste una importante brecha de género a la hora de crear una startup y obtener financiación.
La presencia de mujeres sigue siendo limitada
Un estudio elaborado por BCG y SISTA (mujeres empresarias e inversoras que promueve la l diversidad l en la economía digital) revela que las emprendedoras que se asocian con otras mujeres levantan de media 1,7 millones de euros más que las que forman equipos mixtos.
Sin embargo, la presencia de mujeres sigue siendo limitada. Las start-ups fundadas por mujeres representan solo el 8% de las empresas creadas. El 7% de las operaciones de financiación y el 4% de los fondos captados. Además, las mujeres tienden a crear startups en un número limitado de sectores, principalmente en el de moda/bienestar, seguido por el de la salud y por el de cuidado de menores/educación.
Las startups creadas por mujeres en el sector de la salud fueron las que más recursos obtuvieron
La empresa veterinaria Unavets, fundada por Junko Io Sheehan, es la que más ha contribuido a ello, al conseguir una de las mayores rondas de financiación en Europa por parte de una start-up fundada por una mujer, con 144 millones de euros. Sin embargo, la media global de las empresas creadas por mujeres es tan solo 1,9 millones de euros.
Queda mucho trabajo por hacer y es urgente
Las startups europeas están dando forma al mundo del mañana y ese futuro no puede diseñarse sin tener en cuenta al 50% de la población. Los inversores, las firmas de capital de riesgo y otros stakeholders deben comprometerse firmemente a conseguir una representación cada vez mayor y más diversa de las mujeres. Este esfuerzo no debe entenderse como acciones individuales, sino como un eje sobre el que pivotar sus inversiones. Más allá de las consideraciones éticas, una mayor inclusión de las mujeres es más rentable. Los fondos que apuesten por criterios ESG obtendrán una mayor ventaja competitiva.
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