Según la DGT, cada año se registran 1,7 millones de averías en los desplazamientos veraniegos. Oscaro ayuda a evitarlas.
El verano es una época ideal para viajar en coche y disfrutar de diferentes destinos, como la playa, la montaña o la ciudad. Pero antes de emprender la ruta, es fundamental revisar algunos elementos del vehículo que pueden evitar averías o accidentes durante el trayecto. Desde Oscaro ofrecen una serie de consejos prácticos para no te quedarse tirado en la carretera.
El triángulo de seguridad: ruedas, amortiguadores y frenos
Los neumáticos son el único elemento del coche que está en contacto directo con el asfalto. Por eso, debes comprobar que tienen la presión adecuada (entre 2 y 2,5 bares), que el dibujo tiene una profundidad superior a 16 mm y que no presentan irregularidades.
Los frenos son los encargados de detener el coche ante cualquier imprevisto. Por eso, debes verificar que el nivel del líquido de freno es correcto y que las pastillas y los discos no están desgastados.
Los amortiguadores influyen en el comportamiento del coche y en el desgaste de las ruedas. Su estado depende de factores como el terreno, el kilometraje o la temperatura. Es importante comprobar que funcionan bien y cambiarlos cada 5 años o cada 60.000 km.
La batería cargada
La batería es el corazón eléctrico del coche y suministra energía al motor y a todos los sistemas eléctricos. La vida útil de la batería suele ser de 4 a 5 años, por lo que se recomienda cambiarla después de este periodo para evitar quedarse sin energía en la carretera.
Antes de un viaje, es aconsejable comprobar la carga de la batería y asegurarse de que no tiene signos de deterioro, como corrosión en los terminales o fugas de líquido. No hay un plazo fijo para cambiar la batería, pero si tiene más de dos años se recomienda revisar su estado cada 6 meses. Si tiene más de 4 años, lo mejor es reemplazarla por una nueva (aunque funcione correctamente).
Revisar los líquidos del coche
Uno de los más importantes es el aceite del motor (se cambia entre los 15.000 y los 30.000 km). Contribuye al buen funcionamiento del motor y evita posibles fallos y averías. Para comprobarlo, solo hay que extraer la varilla de medición del capó, que tiene unas marcas que indican si es necesario rellenarlo o no.
El líquido anticongelante (se cambia cada 40.000 km o cada dos años) también es importante, no solo en invierno, sino también en verano, ya que ayuda a prevenir la corrosión en el sistema de refrigeración del motor.
También es importante revisar el líquido limpiaparabrisas de forma regular, sobre todo en verano, cuando el ambiente seco produce más polvo y suciedad en el aire. Así garantizamos tener siempre una buena visibilidad en la carretera.
Luces e intermitentes
Es fundamental revisar periódicamente las diferentes luces del coche. Son cruciales para la visibilidad e identificación ante los demás conductores. Las luces son esenciales para una conducción segura, especialmente de noche o con mal tiempo. Los intermitentes, son vitales para comunicar nuestras intenciones de giro o cambio de carril a los demás conductores. Un fallo en los intermitentes puede generar confusiones y aumentar el riesgo de accidentes.
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