La agresividad al volante no es solo una falta de civismo, tiene además consecuencias peligrosas para el resto de conductores, ya que no suele provocar solo simples “golpes de chapa”. Así se desprende del estudio Influencia de la agresividad en los accidentes de tráfico, presentado por la Fundación Línea Directa.
Operación salida, vacaciones, horarios intensivos, madrugones, atascos. En estas situaciones de tráfico intenso se produce un incremento de conductas agresivas al volante: adelantamientos bruscos, acoso al conductor de delante, ráfagas con las luces, toques de claxon, insultos, gestos con las manos o incitación a la pelea al grito de “sal del coche si te atreves”.
Un escenario de agresividad muy común en las carreteras españolas, donde cerca de 3 millones de conductores circulan con un alto nivel de agresividad y más de 100.000 son auténticos “violentos viales” que, además de conducir sumamente alterados, reconocen haber causado directamente un accidente por sus conductas irresponsables. 2,6 millones de automovilistas admiten que se han peleado con otro conductor o que podrían llegar a hacerlo por una disputa de tráfico, y alrededor de 3,2 millones reconocen haber retado a otro conductor a salir del coche para solventar sus diferencias.
El estudio Influencia de la agresividad en los accidentes de tráfico, de la Fundación Línea Directa —realizado en colaboración con el Instituto Universitario de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (INTRAS)— analiza las tipologías de la agresividad al volante y la inferencia de dicho comportamiento en más de 466.000 accidentes con víctimas registrados por la DGT en los últimos cinco años disponibles (2012-2016).
Mantener actitudes provocadoras al conducir multiplica por 10 el riesgo de sufrir un accidente con víctimas y por 30 el riesgo de sufrir un siniestro con heridos graves. De hecho,casi 300.000 conductores muy agresivos reconocen que se vieron implicados enaccidentes con víctimasen los últimos 5 años. En el último año analizado (2016) ha habido 31.000 conductores con alta agresividad implicados en 28.600 accidentes con víctimas.
El perfil del conductor agresivo: ¿hay “machismo vial” en España?
A nivel general, el perfil de conductor agresivo corresponde a un hombre de unos 32 años, con pareja, estudios medios, con menos puntos en su carné y que circula principalmente por vías urbanas. Estos conductores reaccionan con mucha más agresividad contra las mujeres y los conductores noveles, con los que suele tener menos paciencia y a los que termina insultando y gritando de forma más frecuente, generalmente recurriendo a tópicos machistas.
Preguntados si se consideran agresivos cuando conducen, un 35% de los españoles reconocen no ser precisamente un ejemplo de paciencia. Por Comunidades Autónomas, los murcianos y los riojanos son los que admiten ser más irascibles al volante, mientras que los gallegos y los extremeños se ven a sí mismos como los más tolerantes al conducir. Eso sí, la perspectiva cambia notablemente cuando se pregunta al conjunto del país qué comunidades son las menos pacientes en la carretera. En este caso los madrileños (51%) y los catalanes (12%) son vistos por los demás como los más agresivos cuando se ponen al volante.
Motivos de la agresividad durante la conducción
Las causas son, en opinión de los conductores, de lo más variadas. El 20% de los conductores atribuye la agresividad en el coche al estrés del día a día, mientras que el 15% de los automovilistas culpan a las conductas y maniobras que hacen los demás y un 12% lo atribuye a los atascos. Cuando se da esta situación de atascos o estrés, los conductores reconocen actuar agresivamente porque se sienten amparados por el anonimato que da la conducción (41%) ya que no se volverá a ver al otro conductor, la sensación de velocidad (27%) o poder tener conductas egoístas, como no dejar pasar a otros coches (8%) en una incorporación. En España, 6,9 millones de conductores (26%) que reconocen que han adelantado bruscamente a otro vehículo para intimidarle, por motivo de algún pique o rivalidad en la carretera.
La influencia de los acompañantes
Otro aspecto interesante es cómo creen los españoles que influyen los acompañantes en la agresividad. Según su punto de vista, ir con amigos (57%) o solo (42%) puede aumentar considerablemente la agresividad en la conducción, mientras que ir con los hijos (62%), con el cónyuge o pareja (37%) o con compañeros de trabajo (34%), puede reducirla.
En cuanto a las posibles medidas que adoptarían los españoles para reducir la irascibilidad en la carretera, un 56% propone quitar puntos del carné y un 46% pide más formación en las autoescuelas. Otras propuestas serían inmovilizar un tiempo el vehículo (41%), ir a charlas con víctimas de accidentes de tráfico (40%) o poner multas por insultar a otros conductores (40%).
Según Francisco Valencia, director general de la Fundación Línea Directa, “debemos acabar con la agresividad al volante no solo por una obvia cuestión de civismo, sino, sobre todo, porque la irascibilidad es una mala compañera de viaje que, cada año, está presente en miles de accidentes en España. Por eso, en una época del año especialmente sensible, en la que la DGT prevé más de 90 millones de desplazamientos, debemos de ser conscientes de que ninguna maniobra y ningún atasco debe comprometer nuestra seguridad y la de los que nos rodean.”