Según un estudio de TransUnion, una cuarta parte de los consumidores (24%) españoles está en el punto de mira de los criminales responsables del ciberfraude en la red.
Un estudio de TransUnion revela que una cuarta parte (24 %) de los consumidores españoles ha sido objetivo de ciberdelincuentes en el último trimestre. De estos, el 7 % terminó siendo víctima de un fraude, una cifra que aumenta en el grupo de los consumidores más mayores, los Baby Boomers: casi uno de cada diez (9 %) ciudadanos de esta generación fue víctima de un fraude en este período.
El 24 % de los españoles, objetivo de los ciberdelincuentes
Los patrones de fraude más importantes observados en España en el último trimestre fueron Smishing (mensajes de texto fraudulentos que buscan engañar a una víctima para que revele datos personales), con un 29 % de afección general; Vishing (esquema similar al Smishing pero a través de llamadas de voz), con un 24 %; y Phishing, con un 19 %. En el caso de la Generación Z, el vector principal fueron las estafas con tarjetas regalo.
Estos resultados son coherentes con las preocupaciones que muestran los españoles a la hora de compartir información personal. Casi tres cuartas partes (71 %) de la Generación Z y el 63 % de los incluidos en la Generación X se muestran muy preocupados cuando comparten información propia. Por otro lado, el 10 % de los Baby Boomers no muestra ningún tipo de inquietud cuando tiene que informar sobre datos personales, frente al 4 % del informe anterior, lo que hace indicar que este grupo es más consciente de la seguridad online.
La causa principal de estas preocupaciones es, para todos los grupos de edad, el robo de la identidad (70 %), seguida la invasión a la intimidad (68 %) y la posibilidad de recibir comunicaciones comerciales no solicitadas (39 %).
“Los cibercriminales no dejan de buscar formas para defraudar, por lo que es imperativo para los consumidores protegerse de todas las maneras posibles cuando utilizan plataformas digitales”, advierte Lisette González, directora general de TransUnion en España. “Y mientras que los consumidores toman sus precauciones, las organizaciones deben contar con sus propias estrategias de prevención entre las que resaltaría la necesidad de verificación de cuentas e identidades. Solo así se puede construir una relación de confianza con los clientes, que, por su parte, retornará en fidelidad hacia sus tiendas preferidas”.
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