Sanitas estudia las ventajas y desventajas de nuestras costumbres para la salud
Las tapas, la terracita, disponer de más de una hora para comer, la sobremesa, cenar a partir de las 21 horas, acostarse tarde… Los españoles somos muy peculiares. Pero ¿realmente somos tan distintos? ¿Funcionaría aquí el estilo de vida de nuestros vecinos de Europa del Norte? El antropólogo de Sanitas, Marcos Martínez Fuente, responde a estas preguntas y nos ofrece una serie de claves sobre nuestro huso horario.
Desde los años 40, en España tenemos una hora más de lo que nos corresponde geográficamente. Por lo que, desde hace más de setenta años, intentamos ajustar nuestro estilo de vida a países del norte de Europa pese a que compartamos meridiano con Portugal y Reino Unido. Pero, ¿hemos cambiado realmente nuestro estilo de vida?
El huso horario y la gran cantidad de horas de sol de las que disfrutamos son los principales motivos por los que somos tan diferentes a nuestros compañeros europeos. Según Marcos Martínez, “tenemos un estilo de vida distinto porque la hora solar no coincide con nuestra hora oficial y porque las costumbres se crean alrededor de la luz natural”. Eso sí, el experto también señala que “a pesar de esto, el huso horario que llevamos en la actualidad no es perjudicial”.
Nuestra situación geográfica nos aporta un beneficio clave para explicar el típico carácter español: nuestro famoso sol. Según el antropólogo de Sanitas, “los días nos resultan más luminosos y, como la luz define nuestro estado fisiológico y anímico, nos ayuda a tener una mejor salud”.
No obstante, la situación extraordinaria de nuestro horario ha provocado que multitud de expertos y ciudadanos se pregunten si nuestra calidad de vida podría mejorar volviendo al huso horario que nos corresponde de forma natural. En este sentido, el experto de Sanitas identifica una serie de ventajas e inconvenientes.
Para empezar, debemos ser conscientes de que “para poder modificar y acostumbrarnos a esos nuevos hábitos y equipararlos a los del resto de Europa se necesitarían años de adaptación y cambio de construcción social, por lo que sería muy difícil de llevar a cabo”, advierte Martínez.
Por ello, si se decidiese cambiar de hora, el experto de Sanitas asegura que “podría funcionar pero a largo plazo” y señala que “si modificamos directamente nuestro huso horario para ajustarlo a nuestras horas de luz nos haría ajustarnos a nuestro ritmo natural. Podría reportarnos beneficios en nuestros ciclos de sueño porque nos despertaríamos con luz y nos acostaríamos antes ya que la puesta de sol sería más temprana”.
Para el antropólogo la mayor complicación que nos encontramos es que, “si se decidiese realizar alguno de estos cambios, necesitaríamos un compromiso generalizado centrado en conseguir un mayor equilibrio entre la vida personal y profesional, lo que podría derivar en una mayor productividad”.
Las características geográficas y climatológicas de los países limítrofes con el Mar Mediterráneo han generado un estilo de vida diferente al de los países del Norte. Según el experto, “tener más horas de luz solar y disfrutar de un mejor clima genera un mejor estado de ánimo, más alegría y disfrute de la vida. El resto de europeos nos perciben a los países del Mediterráneo como más alegres”.
Eso sí, al mismo tiempo, tenemos un gran inconveniente: la falta de sueño. “El huso horario afecta al sueño directamente porque el principal ciclo que más condiciona nuestra vida es el del día y la noche. Como en España la noche llega más tarde, mientras muchos europeos ya están durmiendo, los españoles todavía no hemos cenado. Al tener menos horas de sueño, no descansamos todo lo que deberíamos. Y aunque es cierto que nos levantamos más tarde, esto provoca que en un mundo cada día más globalizado no vayamos al mismo ritmo que en el resto de Europa, lo que puede afectar a nuestra productividad”.
En cualquier caso, “debemos tener en cuenta que adoptar el huso horario que nos pertenece podría ser el inicio de una mejora en los hábitos básicos de salud”, asegura el antropólogo de Sanitas. Este añade que “permitiría, a su vez, dedicar más tiempo a nuestras actividades de ocio y a nuestra familia”.