Cataluña es la primera comunidad en número de muertes por accidente de tráfico en el primer trimestre, con 20 fallecidos más que el año pasado (+81%)
El RACC, ante el incremento de la siniestralidad en Cataluña —20 víctimas mortales más en lo que llevamos de año— ha realizado un análisis de la evolución de la accidentalidad en nuestro país en los últimos años y solicita medidas concretas como el diseño de un nuevo acceso gradual al permiso de conducir.
Durante los tres primeros meses de 2018, la siniestralidad en carretera en Cataluña ha tomado un cariz alarmante. Según los datos de la DGT a 21 de marzo, los accidentes de tráfico en vías interurbanas en Cataluña son preocupantes:
A estas alturas, han fallecido 44 personas. 20 más que el año pasado (un 83% más) por estas fechas, en que fallecieron 24 personas. Si el año 2018 acabase con esta tasa de variación, nos encontraríamos que en Cataluña habrían fallecido 309 personas en las carreteras (140 más que el año pasado). Una cifra que nos remontaría a siniestralidades similares a las de hace diez años.
Cataluña es la comunidad autónoma con más víctimas mortales
Por comunidades autónomas, Cataluña es donde se produce un mayor aumento en números absolutos, seguida de lejos por Cantabria (7 muertos más que el año pasado) y la Comunidad Valenciana (5). En términos relativos, teniendo en cuenta el porcentaje de variación respecto al año anterior, Cataluña quedaría en tercer lugar.
La cuestión es más alarmante si se considera que mientras en Cataluña la siniestralidad ha aumentado un 81%, en el resto de España la siniestralidad ha descendido un 12%. Casos especiales son los de Cantabria, donde no hubo ningún fallecido el año pasado en este período de tiempo –hasta el 21 de marzo– y Navarra, que tiene un aumento aparentemente espectacular –del 100%–, pero tanto Cantabria como Navarra presentan sus variaciones extremas dada la pequeña dimensión que representan en el conjunto del territorio español: Cantabria pasa de 0 a 7 muertos y Navarra de 2 a 4.
Desde mediados de 2013 la tendencia en la reducción de las víctimas se ha frenado, excepto en 2017
Respecto a la evolución del número de muertos durante el primer trimestre del año (hasta el 21 de marzo de cada año), hay que remontarse hasta 2012 para detectar una cifra de muertos superior a la de este año, y ni siquiera hace 2 años, cuando el accidente de un autocar en Freginals provocó 13 muertos de golpe, se superó la cifra de este año. El 2012 acabó con 194 muertos, lo que significaba aún una reducción del 5,4% respecto al año anterior, y nos recuerda que cambiar la tendencia es posible y no tenemos que resignarnos a aceptar este aumento de mortalidad en la carretera.
Las tasas de variación en porcentaje de los últimos diez años demuestran que ya en 2015 se produjo, por primera vez en esta década, un incremento de la siniestralidad aún más acentuado que el del 2017. Después de un año con una reducción notable (el 12,5%), en 2017 la variación ha vuelto a tener signo positivo, con 169 personas fallecidas en las carreteras catalanas, 15 más que en 2016 (un aumento del 9,7%). En dos de los tres últimos años aumentó la mortalidad en las carreteras. 2018 empieza como el tercero en los últimos cuatro años.
La evolución mensual demuestra que desde mayo de 2006 y hasta julio de 2013, el número de muertos en carretera en Cataluña había bajado hasta el 65%. A partir de mediados de 2013 esta tendencia se ha frenado bruscamente.
El Racc propone 20 medidas, entre ellas mejorar el permiso por puntos y un nuevo examen de conducir.
Entre las causas de esta alarmante situación se encuentra el aumento de la movilidad de estos últimos años, un mayor impacto de las distracciones, la velocidad, las drogas y el alcohol. Medidas que en el pasado resultaron positivas —como la introducción del permiso por puntos y la modificación del código penal— han ido disminuyendo su eficacia a la hora de reducir el número de víctimas. Las campañas de concienciación, a pesar de ser necesarias, resultan insuficientes.
El Racc, como representante y defensor de los ciudadanos, detectó esta tendencia y dio la alerta en junio del 2017. Para resolver esta situación, el Club ha trabajado 20 medidas nuevas de aplicación relativamente sencilla que pueden tener un impacto favorable a corto plazo. No sólo contribuirían a alcanzar los objetivos de la Unión Europea para el 2020, también ayudarían a avanzar de forma decidida hacia el objetivo cero víctimas.
El Racc considera que la reducción de los accidentes de tráfico es posible. Por ello, ante este aumento de las víctimas mortales, reclama una actuación urgente con respecto a todos los factores que intervienen en la accidentalidad:
Teniendo en cuenta las circunstancias específicas de los jóvenes, las personas mayores, los ciclistas, los motoristas, los peatones y los conductores, propone fomentar la convivencia de todos ellos.
Reducir la incidencia de los factores de riesgo más frecuentes en los accidentes como las distracciones, la velocidad, o el consumo de alcohol y drogas.
Modernizar el parque automovilístico mediante la eliminación del impuesto de matriculación. Ello generará un parque de vehículos más seguros, con sistemas de seguridad de serie ausentes en los vehículos más antiguos.
Mejorar las infraestructuras mediante objetivos cuantitativos dirigidos a elevar el nivel de seguridad de toda la red viaria de modo que el 90% del tráfico circule por vías de 3 o más estrellas EuroRAP (recientemente, la DGT adoptó este indicador como referencia oficial de la seguridad de las carreteras).