Según el V Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon, el teletrabajo ha generado un efecto positivo en la alimentación de los españoles, pues un 59% de los encuestados que han teletrabajado consideran llevar una alimentación saludable.
Aegon ha lanzado recientemente la quinta entrega de su Estudio de Salud y Estilo de Vida. En este informe se analiza la percepción de los españoles en relación a su alimentación, su peso y la realización de actividad física. Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, Aegon da a conocer los datos recogidos en el estudio en relación a estos factores, ya que se consideran elementos de gran influencia en la diabetes tipo II.
En esta investigación se desvela que prácticamente seis de cada diez españoles (58,1%) creen que su alimentación es saludable, cifra prácticamente idéntica a la obtenida en 2021 (58,1%). Además, cerca del 10% de los encuestados opina que su alimentación no es saludable, cifra que también se mantiene estable respecto al año anterior (9,7% en 2022 vs. 9,4% en 2021)
Los mayores, con una alimentación más saludables
Por edades, los encuestados de más de 65 años son los que en mayor medida creen llevar una alimentación saludable (72,2%). Asimismo, vemos que el teletrabajo ha influido de manera positiva en los hábitos alimenticios de los españoles, siendo un 59% de los encuestados que han teletrabajado durante el último año los que afirman llevar una alimentación saludable, ocho puntos porcentuales más que los que no han teletrabajado. Y es que la vida laboral también influye en el tipo de alimentación según esta edición del estudio, ya que es más elevado el porcentaje de personas que afirman llevar una alimentación saludable sin trabajar (61,8%) que el porcentaje de los que trabajan y cuidan su alimentación (54,4%).
Madrid, la región que más cuida su alimentación y Cantabria la que menos
Si analizamos los hábitos de alimentación saludables según las regiones de España, los madrileños destacan por ser los que más cuidan su alimentación (63,8%), con una clara diferencia a la proporción registrada en 2021 (55,5%). Por el contrario, en Cantabria, menos de la mitad de los encuestados lleva una alimentación saludable (48,6%), también con una muy notable diferencia a la anterior edición de este informe (63,3%).
Etiquetado de los alimentos
Para estudiar esos hábitos es fundamental analizar al mismo tiempo la actitud de los encuestados ante la cesta de la compra, ya que tanto los ingredientes de los productos como los componentes nutricionales son claves para una ingesta saludable. En este sentido, la información de las etiquetas de los alimentos es cada vez menos influyente en la decisión de compra de los españoles.
En concreto, los ingredientes de los productos que se compran son determinantes en la decisión de compra para el 40% de los españoles (si bien, en 2019 lo era para el 54%). Asimismo, la información nutricional es menos relevante, siendo un 29% aquellas personas que la tiene en cuenta en su decisión de compra, cuando en 2019 la concienciación en este sentido alcanzaba al 46,4% de los encuestados.
En términos generales, son las mujeres (47,1%) y los mayores de 65 años (45,8%) los que más relevancia conceden a la información que viene en las etiquetas de los alimentos. El estudio de Aegon también destaca el porcentaje de personas de entre 26 y 40 años que da importancia a la información nutricional, representando al 33,3% de los encuestados.
Importancia de los alimentos según CCAA
En cuanto a las regiones de España, se observa que País Vasco es la comunidad que más atención presta a la información nutricional, representando al 36,3% de los encuestados. En cambio, la Comunidad Valenciana registra la cifra más baja en este sentido, acumulando solo un 22,6%, seguida de cerca por Extremadura, con un 22,9%.
Por otro lado, los navarros son los que más tienen en cuenta los ingredientes y la composición de los alimentos a la hora de hacer la compra: en concreto, más de la mitad de los encuestados lo posiciona como una variable importante, siendo la única Comunidad Autónoma que supera el 50%. Por otro lado, los extremeños son quienes menos atención prestan a la composición de los productos, con un 32,4% de los encuestados afirmando esta práctica.
Alimentos que se evitan comprar
Aunque descienden con respecto al año pasado, los principales tipos de alimentos que se evitan siguen siendo los que contienen aditivos, conservantes, aceite de palma o son ultraprocesados (64,2%), así como los alimentos calóricos o con mucho azúcar (61,4%).
Por otro lado, se observa un progresivo aumento de personas sensibilizadas con sus intolerancias (14,9% en 2022 vs. 12,9% en 2021), y un leve incremento en aquellos que evitan comprar alimentos cuya producción tenga un impacto negativo en el medio ambiente (21,9% vs. 20,9% interanual).
En general, las mujeres, los mayores de 65 años y aquellas personas con hijos son los colectivos que en mayor medida evitan este tipo de alimentos mencionados anteriormente: los que contienen aditivos, conservantes, aceite de palma o son ultraprocesados y los alimentos calóricos o con mucho azúcar
Incidencias que la alimentación causa en la vida de los españoles
Es tal la relevancia que la alimentación tiene sobre los ciudadanos españoles, que el 45,9% de los encuestados del estudio de Aegon han respondido afirmativamente a alguna incidencia de la misma sobre su vida. Perder el control sobre cuánto se come (23,3%) o haber realizado alguna dieta o régimen este año (21,6%) son los aspectos más mencionados. Por encima del 13% encontramos afirmaciones relevantes, como ‘Creo que estoy gordo/a cuando otros me dicen que estoy demasiado delgado/a’ y ‘Diría que la comida domina mi vida’.
En general, son las mujeres a las que más les preocupa haber perdido el control sobre lo que comen (26%), lo cual les ha llevado a realizar alguna dieta o régimen alimenticio al 24% de las encuestadas en los últimos doce meses. Esta tendencia también la cumplen los más jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y 40 años (30%), así como las personas sin hijos (26%) y las que trabajan (26%), Es destacable que muchos de los encuestados afirman sentirse gordo a pesar de que los demás le dicen todo lo contrario y que, de nuevo, muchas de las mujeres y los jóvenes afirman que la comida domina su vida.
Alimentación y dietas
El porcentaje de españoles que ha realizado algún tipo de dieta o régimen en el último año baja un punto con respecto a la medición de 2021 y se sitúa en un 21,6%. En este sentido, las dietas son más comunes entre las mujeres (24% vs 19%), las personas de entre 26 y 40 años (27,8%), los que teletrabajan (31,6%) o los que han perdido su trabajo o han estado en situación de ERTE (29%).
Las dietas más habituales son las que implican eliminar algún producto y las que suponen reducir la cantidad que se ingiere. Además, los motivos más comunes por los que se hacen esas dietas son el reducir peso o mantener la figura (70,4%), así como mejorar la alimentación y salud en general (55,7%).
La mayor parte de las dietas realizadas por los españoles consisten en reducir la cantidad de comida ingerida (54,6%) o eliminar algún producto o alimento concretos (51,3%).
Es destacable que menos de la mitad de las dietas (45%) han sido supervisadas por un profesional, aunque la buena noticia es que esta cifra ha ascendido siete puntos porcentuales respecto a 2021, lo que indica una probable mayor sensibilización acerca de la importancia que los españoles otorgan al acompañamiento profesional y especializado en sus hábitos de alimentación
El peso, un factor muy relevante para los españoles
Un aspecto relacionado con la apariencia física y la percepción de la salud, que parece preocupar especialmente a los españoles, es el peso. Y no es para menos, ya que según los datos recogidos, el 41,5% de los encuestados presenta un Índice de Masa Corporal (IMC) considerado normal (IMC entre 18,5 y 24,9), el 1,5% presenta bajo peso (IMC por debajo de 18,5), el 38,4% presenta sobrepeso (IMC entre 25 y 29,9), y un 18,6% presenta algún tipo de obesidad (13,4% obesidad tipo I, con IMC entre 30 y 34,9; 3,6% obesidad tipo II, con IMC entre 35 y 39,9 y 1,6% obesidad tipo III con IMC superior a 40).
Por lo tanto, el porcentaje agregado de personas que presentan sobrepeso y obesidad es del 57% (superior al 55% registrado el pasado año), lo que debería hacernos saltar las alarmas si tenemos en cuenta el volumen de enfermedades asociadas al sobrepeso, como son diabetes tipo II, la hipertensión, la hipercolesterolemia o las enfermedades vasculares y coronarias.
A la vez, a pesar de que el 41,5% tiene un peso normal y un 1,5% infrapeso, encontramos que más del 62% de las personas considera que está por encima de su peso ideal. Además, esta distorsión sobre el peso está equilibrada entre sexos (62,8% de los hombres y 61,4% de las mujeres) y aparece en los grupos de edad superiores a los 41 años.
De manera más específica, el 26,6% de los encuestados que se encuentra dentro de su peso normal cree estar por encima del mismo, lo que es preocupante, ya que este tipo de distorsiones pueden estar relacionadas con la presión social existente hacia la delgadez y la juventud y el ensalzamiento de modelos insanos de belleza, y contribuir al desarrollo de posibles trastornos alimentarios. Conviven, por lo tanto, paralelamente problemas de sobrepeso y obesidad y de desajuste de la percepción sobre el peso.
Por su parte, se relacionaron también los datos relativos a la percepción del estado de salud y el IMC, resultando que en una escala de 0 a 10, el promedio de la percepción del estado de salud se sitúa en torno al 7,32 en el grupo de peso normal y 7,01 en sobre peso, frente al 6,71 y al 6,42 en bajo peso y obesidad respectivamente
Descenso de la actividad física
Además de la alimentación, el ejercicio físico y la actividad deportiva son clave para evitar la vida sedentaria y, por tanto, eliminar factores de riesgo para desarrollar la diabetes tipo II. En este sentido, el estudio de Aegon advierte que un 26,7% de las personas encuestadas afirma haber disminuido la cantidad de ejercicio físico que realiza respecto a 2021. Según reflejan los datos, las mujeres, las personas de mayor edad y aquellos que viven acompañados son los grupos que menos ejercicio han practicado tras la pandemia.
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