El día 25 de mayo se celebra el Día del Orgullo Friki, una cita que el comparador de seguros Acierto.com, ha querido aprovechar para analizar cuáles han sido los coches más frikis de la historia del cine y los seguros que necesitarían. Sí, porque también ellos necesitan una póliza para poder circular.
Entre la selección se cuelan desde el coche de los Picapiedra, hasta los Autos Locos de Hanna Barbera, la furgoneta del Equipo A, el Delorean de Regreso al Futuro y algunos más. Pero vayamos con más detalles.
El coche de los Picapiedra
Así, el más antiguo de todos ellos –el coche de los Picapiedra– necesitaría contar con una buena asistencia en carretera que actuara desde el kilómetro cero y en cualquier tipo de vía. Y es que con su sistema de locomoción “a pies”, Pedro y Vilma no tardarían en caer rendidos.
Los famosos personajes del cine podrían también tener problemas a la hora de contratar una cobertura de incendio, principalmente porque el vehículo es de madera. Sin embargo, sí podrían ver reducida su prima como consecuencia de las ruedas de piedra, imbatibles a los pinchazos (no utilizarían esta asistencia) y difíciles de robar (dadas sus dimensiones y su peso).
El coche fantástico
Además de con inteligencia artificial, Kitt, el coche fantástico, estaba equipado con un sistema de propulsión espectacular, conducción autónoma, rastreador GPS, escáner biológico, y un largo etcétera que lo convierten en uno de los coches más emblemáticos del cine.
Asegurarlo a priori no sería barato: en primer lugar, porque necesitaría un seguro para un modelo deportivo, y las aseguradoras entienden que sus conductores tienen más posibilidades de sufrir un accidente que aquellos que, por ejemplo, circulan con un monovolumen familiar.
No obstante, se trata de un coche difícil robar (justo por la inteligencia artificial y la tecnología que lleva incorporada). Lo más interesante en cualquier caso sería contratar un todo riesgo que cubra todo tipo de averías mecánicas y eléctricas.
El Aston Martin de James Bond
Este coche con asientos eyectables y lanzamiento de misiles oculto en los faros traseros debería contar con una buena cobertura de responsabilidad civil para cubrir los daños que pudiera ocasionar a terceros persiguiendo a “los malos”. También con cobertura de daños propios, sobre todo por el riesgo que conlleva el sillín eyectable para el propio conductor.
Ahora bien, no podemos olvidar que se trata de un vehículo antibalas y también difícil de robar (a pesar de su atractivo). Algo que finalmente podrían considerar de forma positiva las aseguradoras.
DeLorean, el coche de Regreso al futuro
El coche de Regreso al Futuro debería incorporar coberturas similares. Sin embargo, aquí hay que prestar especial atención a la asistencia en carretera. Difícilmente una aseguradora podría prestarle una durante 24 horas, independientemente del momento del tiempo en el que se estropeara. Tampoco estaría de más un vehículo de sustitución para evitar contratiempos, valga la redundancia.
Y no podemos olvidar que las ruedas salían en llamas, algo que seguramente complicaría la contratación o límites de la cobertura de incendio.
Furgoneta del equipo A
No podían faltar en esta selección las furgonetas. En este caso la del equipo A. Dadas las aventuras y periplos en los que se veían inmersos los protagonistas de la serie, lo idóneo sería contar con un seguro que incluyera vías no aptas, reparación in situ, remolcaje y elección de taller. Para estar preparado ante todo tipo de eventualidades. Más al estilo de un seguro para todoterreno o 4×4 que un seguro de furgonetas al uso.
Autos locos: ¿los extras del coche, asegurados?
Para acabar, no podemos olvidarnos de los autos locos de Hanna Barbera, la serie de dibujos animados que más coches frikis nos enseñó. Según acierto.com y en términos generales, aquí una de las partes más importantes es que los participantes de la carrera tuvieran declarados en su póliza los extras de su coche. Algo difícilmente creíble, al menos en el caso de Patán y Pierre Nodoyuna, que siempre acababan haciendo alguna de las suyas y tuneando el vehículo para hacer trampas.
Más allá del cine, algunos de estos modelos se han convertido en auténticas piezas de colección y pueden adquirirse actualmente. En la mayoría de los casos, para asegurarlos deberemos recurrir a un seguro de auto clásico. Se trata de pólizas pensadas para coches de más de 25 años, con piezas originales, buen estado y que se usan para exhibiciones (pero que no se conducen habitualmente). De hecho, la asistencia en viaje de esta clase de seguros suele ser opcional, explica el comparador de seguros.
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