Durante los meses de julio y agosto se incrementa de forma notable la actividad en las carreteras. Miles de personas optan por escapar del ajetreo de los grandes núcleos urbanos para pasar unos días junto al mar, la montaña o el campo. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), durante estos meses de verano se alquilarán aproximadamente 4,4 millones de vehículos en España.
Los fines de semana de verano son especialmente intensos en cuanto a complicaciones en autopistas y autovías debido a la operación salida. En muchos casos, se trata de escenarios difíciles de controlar. No obstante, sí hay un aspecto del viaje que es posible optimizar: alquilar un coche. Los expertos de Das Seguros recomiendan conocer bien las normas aplicadas a este tipo de servicios:
Permiso de conducir: más allá de la obligación de poseer un permiso de conducir vigente a la hora de conducir cualquier coche, sea o no de alquiler, existen normas específicas de cada empresa arrendadora que se aplican al documento. Los detalles que varían hacen referencia a la edad del conductor y el papel de un segundo conductor que conduce el coche alquilado, pero no figura como titular del contrato.
Cargos extra: para evitar sorpresas en cuanto al precio total del vehículo alquilado, lo mejor es informarse acerca de todos los cargos extra que puede cobrar la compañía de alquiler. Algunos de los gastos adicionales más comunes se aplican a la hora de devolver el coche, ya sea por hacerlo en un lugar distinto al de recogida o bien por hacerlo fuera del horario establecido. En el momento de recoger el vehículo, es recomendable leer atentamente el contrato y revisar todas las cláusulas antes de firmar.
Viajar al extranjero: en caso de realizar una escapada por carretera más allá de fronteras españolas, es importante llevar la documentación adecuada para conducir fuera del país. En la Unión Europea, mantener el permiso nacional de conducir en vigor es suficiente para circular en coche. La misma normativa sirve para Noruega, Islandia y Liechtenstein. Sin embargo, fuera de Europa será necesario obtener y llevar encima un Permiso de Conducir Internacional. El documento tiene una validez de un año. Conseguirlo requiere pasar por un proceso de varias semanas, ya que el conductor debe reunir la documentación necesaria, acudir a una cita previa y personarse en jefatura.
Robo o accidente: para minimizar el disgusto que aporta este tipo de problemas, lo mejor es contratar un seguro con prestaciones completas. Del seguro contratado dependerá el gasto cubierto por parte de la aseguradora, ya sea por asistencia sanitaria, desperfectos en el vehículo alquilado o daños a terceros.
Gasolina: la mayoría de los reglamentos utilizados por empresas arrendatarias estipulan que el coche se debe devolver con la misma cantidad de combustible con la que fue recogido. El conductor tiene la opción de recibir el tanque vacío y rellenarlo al inicio del alquiler o recibir el tanque lleno y rellenarlo antes de la terminación del alquiler. De todos modos, existen diferencias entre las reglas de distintas compañías, por lo que no está de más preguntar acerca de la gasolina antes de firmar el contrato.
Inspección: es recomendable informarse acerca de la política de la compañía que cede el coche en relación con las inspecciones que pueden realizar tras la devolución del vehículo. En ocasiones, este procedimiento se lleva a cabo sin que el conductor o los pasajeros estén presentes, pudiendo causar malentendidos. Para evitar sorpresas, es bueno que el conductor realice una inspección a la hora de recoger el vehículo, dejando constancia de cada imperfección que se pueda observar en el coche. En el momento de devolver el coche, también es posible solicitar la inspección en presencia del conductor. También sirve para controlar el nivel de limpieza, otro aspecto que puede implicar gastos adicionales.