Más del 70% de los grandes siniestros que sufren las empresas en España son como consecuencia del fuego. Según los datos analizados por Axa España, desde 2017 casi un centenar de empresas ha tenido que hacer frente un gran siniestro, es decir, una contingencia con un coste superior a los 300.000 euros o con una importante proyección social que han paralizado o afectado a su actividad.
Entre las causas, los especialistas de Axa identificaron que casi la mitad de los incendios sufridos tuvo como causa un fallo eléctrico, muchas veces vinculado a la falta de mantenimiento.
Arturo López-Linares, director de Siniestros de Axa España, asegura que “hemos observado un mayor número de casos de grandes siniestros en instalaciones arrendadas, en las que un nivel de mantenimiento del inquilino por debajo del recomendado resulta determinante y eleva la probabilidad de sufrir un percance”. De hecho, en el 76% de los casos de Axa en el periodo analizado las instalaciones no eran propiedad del empresario que ejercía la actividad.
Pérdidas de hasta un millón de euros
De los datos de Axa se desprende también que el 60% de los grandes siniestros tuvieron un coste de menos de 500.000€, y más del 25% de entre 500.000€ y un millón de euros. Del mismo modo, en cuanto a las dimensiones de las compañías, se deduce un mayor número de casos de grandes siniestros entre las pequeñas que entre las medianas empresas.
Del análisis se desprende, además, que el 10% de las empresas no contaban con la cobertura de pérdida de beneficios, fundamental para minimizar el impacto financiero que supone un gran siniestro. Contar con un seguro, por otra parte, permitió que el 99% de las empresas consiguiera mantener la actividad después de vivir un siniestro.
La prevención, fundamental
La prevención y conservación de las instalaciones supone una de las principales medidas para evitar y minimizar el impacto de los siniestros. Con este objetivo, AXA ha editado una guía de prevención de incendios que recoge las principales acciones a tener en cuenta desde la refrigeración de las instalaciones o control de los residuos.
Tener a punto los sistemas de refrigeración evitará un sobrecalentamiento de los equipos eléctricos que se encuentran en salas cerradas o que sufren un trasiego eléctrico importante. Es importante controlar [a temperatura ambiental. De este modo, podrás evitar que los equipos mecánicos trabajen a una temperatura superior a la recomendada por el fabricante.
Revisar el lugar de almacenamiento de líquidos inflamables es fundamental para evitar una temperatura muy elevada. Disponer de un mayor número de compresores de frío permitirá que los equipos mecánicos tengan mejor rendimiento, de forma eficiente durante más horas a pesar de las altas temperaturas.
Recuerda que los residuos de labores de limpieza también pueden desprender gases inflamables. No [os dejes en lugares con altas temperaturas. El exterior de cualquier recinto debe estar despejado de hierbas secas o residuos que puedan arder fácilmente.
La limpieza es clave
Importante cuidar la limpieza de colillas, incluso en la zona de fumadores. No siempre se quedan bien apagadas. En época estival extrema la limpieza de la superficie de los equipos eléctricos y mecánicos. El polvo de estas superficies sometido a altas temperaturas es una mala combinación. 10 metros es la distancia mínima recomendada que debe haber entre el cerramiento exterior de una nave de una fábrica y el almacenamiento de un material combustible. Evitar que las llamas se propaguen en el interior de una instalación industrial es fundamental.
Aunque no siempre parece evidente, hay material orgánico que estando húmedo combustiona. Controla el nivel de humedad de las materias orgánicas cuando hay altas temperaturas. Mantén siempre limpia las zonas en las que se trabaja con metales o vidrio. Los restos pueden concentrar luz y calor. Las plantas industriales junto a bosques pueden verse afectadas por incendios, bastante comunes en verano. Tener un protocolo de actuación es básico. Además no olvides ampliar el perímetro de seguridad de zona libre de material combustible. Te recomendamos 25 metros mínimos desde la primera línea de árboles. Pero si se trata de una zona de viento intenso, la zona de seguridad se amplía a 50 metros.