Telemedicina: ASPE denuncia la competencia desleal de operadores tecnológicos

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La Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) ha enviado un comunicado en el que muestra su “preocupación por la irrupción en el mercado de servicios de telemedicina ofertados por parte de operadores tecnológicos sin ninguna experiencia ni relación previa con el sector de provisión sanitaria”.

Desde la patronal se considera alarmante la nueva creación de servicios de consultas médicas a distancia como el que ofrece ‘Movistar Salud’, a través de su alianza con la americana Teladoc Health, soportado en una censurable falta de transparencia al usuario, al desconocerse información clave de un servicio esencial como el sanitario: cuadro médico, perfiles profesionales y autorizaciones preceptivas. El paciente desconoce qué méritos y experiencia poseen los supuestos facultativos encargados de atender el servicio de telemedicina ofertado por la operadora de telecomunicaciones.

Más operadores tecnológicos que apuestan por la telemedicina

De igual modo, este servicio de teleasistencia médica, procurado por operadores tecnológicos que nada tienen que ver con la provisión sanitaria, es un ejercicio de competencia desleal al intermediar en condiciones entre 5 y 10 veces por debajo de la cuota mensual del promedio del sector de seguros de salud.

ASPE considera que se basa en prácticas perfectamente calificables de dumping, teniendo en cuenta que la cuota mensual de servicio que comercializan se sitúa en 3,5 euros, muy por debajo de su precio normal o incluso de su coste de realización. Con el fin último de captar masivamente usuarios. Mediante su acceso a una nutrida masa crítica de usuarios de sus servicios de telecomunicaciones, reducir empresas de provisión sanitaria. Y apoderarse de una parte sustancial del mercado.

Algunos operadores de provisión sanitaria han recibido directamente la propuesta de Teladoc Health para ofrecer la derivación de los pacientes que no pudieran directamente atender de forma virtual, ante la probable falta de recursos propios suficientes. Para ASPE, esas maniobras hablan con nitidez de la deficiente propuesta comercial lanzada por el operador español.

Acceso de los ciudadanos a la telemedicina

ASPE señala que “ha defendido y aboga siempre por la libertad de decisión de los ciudadanos y las condiciones de libre competencia. Pero defiende la especial protección que merece la atención sanitaria, como derecho esencial recogido en el artículo 43 de la Constitución y en el 35 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE”.

“La telemedicina es un complemento, no un sustitutivo”

Además, estos servicios fomentan una relación médico-paciente estrictamente basada en la telemedicina. Generando diagnósticos médicos y prescripción de tratamientos que se soportan en exclusiva en un contacto en remoto. Sin complemento presencial en ninguna fase del servicio sanitario.

ASPE considera el uso de las TIC beneficioso para el usuario del sistema sanitario, como complementario a la atención sanitaria presencial. Pero que en ningún caso puede sustituir la relación médico-paciente e ignorar el “factor humano” que garantiza la calidad asistencial de la profesión médica. Asimismo, tampoco se puede obviar la necesaria realización de pruebas diagnósticas para un correcto juicio médico.

“En definitiva, desde la sanidad privada española se rechaza rotundamente la aparición de servicios de telemedicina que deprecian la profesión médica a condiciones, cuanto menos, impropias por su valor social y económico. De igual modo, la patronal lamenta el oportunismo de esta oferta lanzada justo durante una pandemia sanitaria sin precedentes. Aprovechando un alto grado de sensibilización social y miedo a acudir a los centros médicos”.

ASPE hace un llamamiento a la responsabilidad de empresas de gran reconocimiento en España. Para que reconsideren este tipo de prácticas que comercian peligrosamente con la salud. Y para que pongan en valor la función social y profesional de los médicos. “Como parte del Sistema Nacional de Salud, la sanidad privada entiende que los ciudadanos requieren más que nunca profesionales sanitarios y facultativos con rigor. Que ayuden a paliar la situación médica de la COVID-19 y las crecientes listas de espera del resto de patologías que se han visto afectadas de forma indirecta”, concluyen.

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