El 12 de marzo se celebra en todos los países el Día Mundial del Glaucoma, una efeméride que la Asociación Mundial del Glaucoma ha aprovechado para organizar toda una semana de actos. El objetivo no es otro que concienciar a la población y a las autoridades con respecto a una patología de la vista que es la segunda causa de ceguera, con más de 45 millones de personas afectadas, existiendo 8,4 millones de personas ciegas por esta afección.
Tal y como explica el Dr. Alfonso Gil Ibarra, especialista en Oftalmología de IMQ, «aunque la mayor parte de los pacientes con glaucoma presenta una presión intraocular (PIO) elevada, esto no ocurre así en más de un tercio de los casos. La determinación únicamente de la presión intraocular no es un método eficaz para la detección precoz de glaucoma. El diagnóstico ha de comprender la valoración de otros aspectos».
Diagnóstico del glaucoma
En concreto, el diagnóstico se aborda con «la medición de la presión intraocular, la valoración tanto de la papila óptica como de la capa de fibras nerviosas de la retina y la evaluación del campo visual del paciente».
El glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) es una enfermedad que produce daño del nervio óptico del adulto, crónica y progresiva, que generalmente afecta a ambos ojos, aunque muchas veces, de forma asimétrica. Este problema ocular se asocia a daño del nervio óptico, un defecto en el campo visual y un debut de la patología en la edad adulta.
Tipos de glaucoma
Existen diversos tipos de glaucoma. Los dos tipos principales son el de ángulo abierto y el de ángulo cerrado, aunque pueden darse también otros, como el glaucoma de tensión normal y el congénito. A su vez, los glaucomas de ángulo abierto y cerrado pueden presentar distintas variantes,
Según detalla el oftalmólogo de IMQ, «el glaucoma primario de ángulo abierto es a menudo asintomático hasta estadios avanzados de la enfermedad y crea una morbilidad significativa en el paciente, ya que la pérdida de campo visual implica un deterioro en la calidad de vida y un mayor riesgo de caída, entre otros aspectos. Por ello, su cribado diagnóstico y su tratamiento disminuyen y previenen la progresión de la pérdida de la función visual».
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento de los pacientes con glaucoma de ángulo abierto se orientan a tres aspectos principales. En primer lugar, controlar la presión intraocular en un rango adecuado; mantener estable el campo visual e, igualmente, lograr la estabilización del nervio óptico y de la capa de fibras nerviosas.
«Los oftalmólogos podemos disminuir la presión intraocular con un tratamiento médico, con una terapia láser (trabeculoplastia) o con la cirugía incisional de glaucoma. Estos tratamientos reducen la presión intraocular y disminuyen la velocidad de progresión del glaucoma primario de ángulo abierto. Los efectos del tratamiento, la calidad de vida y la esperanza de vida del paciente deben ser considerados en el proceso de toma de decisiones sobre la terapia a emplear», explica el oftalmólogo.
El tratamiento médico se presenta como la intervención inicial más común para disminuir la presión intraocular. «Se cuenta con un repertorio de fármacos disponibles como terapia inicial y la elección del medicamento puede estar influenciada por el coste potencial, efectos adversos, dosificación y el descenso de la presión que sea necesario».
Trabeculoplastia láser
El especialista continúa detallando que «la trabeculoplastia láser puede ser considerada como una terapia inicial en pacientes seleccionados o como alternativa terapéutica para los pacientes con alto riesgo de no adhesión al tratamiento médico, bien sea porque no pueden o porque no van a usar los medicamentos de forma fiable debido a los costes, problemas de memoria, dificultad con la administración del medicamento gota a gota o por intolerancia a la medicación. La trabeculoplastia disminuye la presión intraocular mediante la mejora en el flujo de salida del humor acuoso».
Por último, la cirugía incisional del glaucoma «es eficaz en la reducción de la presión intraocular. Y, por lo general, se indica cuando los medicamentos y una adecuada terapia con láser han resultado insuficientes para controlar la enfermedad glaucomatosa». Sin embargo, también se puede considerar como un tratamiento inicial en determinados casos seleccionados.
La cirugía ofrece una vía alternativa para la salida del humor acuoso al espacio subconjuntival; «que a menudo reduce la presión dentro del ojo y la necesidad de tratamiento médico», concluye el Dr. Gil Ibarra.
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