9 de cada 10 personas fracasa al llevar a cabo sus propósitos, según un estudio elaborado por la Universidad de Scranton
El 2018 tiene los días contados y llega el momento de pensar en nuevos retos y objetivos y hacer balance sobre lo conseguido a lo largo del año que ya termina. Lo mejor es ser sincero y realista. ¿Cuántos de los propósitos planteados en años anteriores hemos llevado a cabo? Seguro que hay muchos que no hemos alcanzado y que ya teníamos pensado marcarlos como retos para 2019. Eso no funciona. Si llevas varios años repitiendo el mismo objetivo sin alcanzarlo ya no es un propósito, sino todo lo contrario: un (des)propósito.
Si es así, que no cunda el pánico, es algo más común de lo que imaginamos. De hecho, 9 de cada 10 personas fracasa al llevar a cabo sus propósitos, según un estudio elaborado por la Universidad de Scranton. Por ese motivo, este año IMF Business School ha querido analizar el Top5 de (des)propósitos más habituales:
- Puntualidad inglesa. Seamos realistas. Estamos acostumbrados a irnos tarde a la cama, nos cuesta despegar los ojos de la pantalla cuando vemos nuestra serie favorita cada noche, la última siempre acaba siendo la penúltima… Estas son algunas de las causa por las que llegar los primeros a la oficina se ha convertido en un auténtico (des)propósito para muchos. Sin embargo, podemos sustituirlo por “puntualidad a la española”. En nuestro país siempre hablamos de los cinco minutos de cortesía, así que es una buena forma de plantearnos que, si no podemos ser los primeros, al menos no nos retrasemos más de esos 300 segundos.
- El egoísmo más humilde. Entre los (des)propósitos más comunes se encuentra pensar más en uno mismo. Sin embargo, el 90% de los españoles piensa estar perdiéndose cosas importantes en su vida por culpa de su trabajo, según un estudio realizado por La Despensa. ¿Qué tal si cambiamos ese propósito por un plan al mes con un objetivo claro: hacernos feliz? Es importante poder guardarnos tiempo para nuestros hobbies y disfrutar de nuestros familiares y amigos. Cuando estamos inmersos en un nuevo proyecto laboral es complicado desconectar de él ya que queremos dar lo mejor de nosotros, pero saber separar la vida laboral de la personal resulta un factor importante para el bienestar de las personas.
- Ahorrar por encima de nuestras posibilidades. En un país con más de 3 millones parados, uno de los objetivos que más se repiten en estas fechas resulta un poco complicado. De hecho, 8 millones de españoles no consigue ahorrar a final de mes y los que lo hacen ahorran 302 euros mensuales, según un estudio elaborado por Rastreator.com. Para que esta meta deje de ser un (des)propósito los expertos en finanzas de IMF Business School aconsejan realizar un presupuesto de ahorro real en el que tengamos en cuenta: ingresos, gastos fijos y variables de cada mes y una cantidad predeterminada para imprevistos. De esta forma será más fácil conocer cuánto dinero somos capaces de ahorrar.
- Aprender un idioma. El 85% de las personas ha tenido alguna vez como objetivo estudiar un nuevo idioma, según cifras de una encuesta realizada por Babbel. Pero lo cierto es que 3 de cada 10 encuestados confesaron abandonar el idioma durante los primeros meses del año. Esto se debe no tanto a la falta de tiempo, sino a la desmotivación. Si elegimos un idioma que nos motive a aprender, será más fácil que deje de ser un propósito que se repite año tras año.
- Menos quejas. Muchos nos marcamos como objetivo para el nuevo año ser más positivos y quejarnos menos. Sin embargo, los expertos aseguran que es sano. Así que, en 2019, quejarnos sí, pero con moderación. El exceso de quejas aumenta la pasividad y genera malestar. Hay que encontrar el equilibrio entre lo positivo y la queja, llegaremos a un punto donde lograremos alcanzar ciertos beneficios que nos empujen a la acción y a la resolución del problema.