AMV señala algunas de las distracciones más comunes y los comportamientos que debemos evitar para incrementar la seguridad de los moteros en la época invernal. Y, más concretamente, en el periodo navideño en el que nos encontramos.
Estos descuidos provocan que las reacciones del piloto sean mucho más lentas, impiden visualizar y atender a todas las señales de tráfico. Y propician que circulemos centenares de metros sin prestar atención a lo que sucede en la vía.
Uso de dispositivos mientras conduces
El uso de intercomunicadores, (lo cual nos hace girar la cabeza para mantener la conversación con el acompañante); manipular dispositivos GPS o escuchar música o la radio, son conductas que provocan distracciones, y pueden ocasionar accidentes. Todos ellos son dispositivos muy útiles, pero deben programarse antes de iniciar la marcha. Además del equipamiento tecnológico, desde AMV se incide en la importancia de vestirse correctamente con la indumentaria específica, atendiendo al uso, la estación del año y el tipo de desplazamiento a realizar e incorporando, además del casco, otros elementos homologados imprescindibles, como guantes, chaqueta, y botas en las tallas adecuadas.
No tener en cuenta la climatología antes de salir
Nos adentramos en época invernal, lo que nos obliga a adaptarnos a las inclemencias propias de la estación: menos horas de luz, viento, bajas temperaturas, humedad, el rocío mañanero, niebla, lluvia o incluso hielo en el asfalto. Además de la revisión puntual de la moto para mantenerla en perfecto estado, la mejor manera de sortear este inconveniente es dotarnos de una equipación adecuada, que mantenga nuestro cuerpo caliente y maximice nuestra visibilidad. La incomodidad hace que nos distraigamos con más facilidad y el frío puede provocar el entumecimiento de cuerpo y extremidades, entre otros problemas.
Conducir con estrés, uno de los motivos que advierte DKV
La moto es una gran aliada para facilitar los desplazamientos rápidos por la gran ciudad, sobre todo, en pleno trasiego ocasionado por la preparación de la Navidad. Las compras de última hora provocan atascos, estrés y prisas, que no son compatibles con la conducción segura. Al subir a la moto el control del estado de ánimo es una actitud indispensable para circular evitando riesgos innecesarios, ya que la carga mental y el factor emocional influyen en la toma rápida de decisiones.
No preparar convenientemente la moto, según AMV
Teniendo en cuenta que es muy difícil controlar todas las incidencias que nos podemos encontrar en nuestro itinerario, debemos tomar conciencia del vehículo que pilotamos y revisar su estado teniendo en cuenta las bajas temperaturas y el trazado mojado con el que nos podemos encontrar en invierno. Se deben comprobar, por tanto, los neumáticos (presión, dibujo y tiempo), los frenos (pastillas, discos y líquido), los sistemas electrónicos (ABS, control de tracción, frenada combinada, mapas de potencia), además de adecuar nuestro estilo de conducción a las circunstancias adversas que pueda presentar la carretera.
Realizar comidas copiosas
La Navidad es época propicia para excesos y comidas abundantes, las cuales provocan largas digestiones, cansancio, somnolencia e incluso mareos y, en general, reducción de reflejos y déficit de atención, incrementando exponencialmente el riesgo a sufrir un accidente de tráfico. También debemos ser conscientes de que el alcohol es incompatible con la moto (dificulta la percepción de las luces y señales, distorsiona el cálculo de las distancias y las velocidades y reduce el campo visual). En estos casos, nuestra responsabilidad es clave a la hora de decidir estacionar la moto y utilizar el transporte público.
Sufrir la fatiga visual propia del invierno
La vista es el sentido más importante en la conducción. Y está estrechamente relacionado con los tiempos de detección y reacción. El tiempo invernal, debido a sus condiciones climatológicas y a la menor duración de la luz diurna, merma considerablemente unas óptimas condiciones de visibilidad. Además de revisar convenientemente nuestra vista, es imprescindible que la pantalla del casco esté muy limpia, explica AMV. Y si no dispone de un sistema antivaho, al menos optar por instalar una lámina antivaho para reforzar la seguridad. En cualquier caso, es aconsejable dejar de conducir si se presentan síntomas de fatiga visual como lagrimeo, sequedad, visión borrosa, escozor y/o enrojecimiento de los globos oculares o los párpados, etc.
Una máxima que tiene que prevalecer en todo momento es el moderar y adecuar la velocidad a las condiciones de la vía. Una velocidad excesiva puede provocar el conocido como “efecto túnel”, reduciendo la percepción de cuanto sucede a nuestro alrededor (visión periférica). Se estima que al circular a una velocidad de 80 km/h ya perdemos un 35% de la eficacia visual, explica la compañía.
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