El confinamiento selectivo puede empeorar el bienestar emocional

AXA: el 43% de los españoles se siente emocionalmente mal o muy mal.

Vivir un segundo confinamiento a causa de los rebrotes de la Covid-19, tal y como está sucediendo en algunas localidades de nuestro país, apunta a un empeoramiento de la estabilidad emocional, advierten los psicólogos de Doctoralia.

Existe una parte de la población que no está de acuerdo en la forma en la que se está gestionando la pandemia y, en este sentido, estos profesionales señalan que ante medidas como los confinamientos selectivos, muchas personas pueden llegar a interiorizar que no existe igualdad de condiciones entre la población, generando así sentimientos de enfado, frustración o de culpa por no poder adaptarse a la situación como les gustaría.

Rechazo al confinamiento selectivo

“En este punto es donde una persona podría rechazar la idea de un confinamiento selectivo al dar más valor a su estabilidad emocional inmediata que preservar su salud física”, afirma Miguel Ángel Garabal, psicólogo de Doctoralia. Y añade: “En realidad es una respuesta inmediata que puede ser bastante normal en el ser humano, nadie quiere tener dificultades, pero también es cierto que en estos casos es importante reflexionar si realmente puede que esta persona esté subestimando la repercusión que puede tener la Covid-19 en su vida o en la de sus allegados si no toma las medidas preventivas”.

Estos expertos coinciden en afirmar, según los casos que están viendo en su día a día en las consultas, que esta situación provocada por el coronavirus constituye un factor sociocultural desencadenante de un importante empeoramiento del bienestar y la salud mental de las personas.

“Si bien, con anterioridad a la pandemia, cualquier persona podría experimentar problemas de salud mental, ahora estamos hablando de un nuevo factor añadido que involucra nuevos escenarios y fenómenos sociales, que influyen en el bienestar psicológico de cualquier persona. Además, esta situación también puede agravar las problemáticas previas ya existentes o despertar ciertos patrones y conductas de riesgo que, aunque no se manifestaban en exceso, ya existían con cierta predisposición en el individuo”, comenta Garabal.

Ansiedad, bajo estado de ánimo e ira en los confinamientos

La posible afectación de los confinamientos selectivos en el bienestar emocional apunta hacia tres componentes básicos: ansiedad, un estado de ánimo de carácter depresivo e ira. La incertidumbre hacia el futuro laboral y personal. Por un lado, preocupación por el trabajo y la economía personal y, por el otro, el temor a contagiarse o contraer otro tipo de enfermedades y la posibilidad de perder a seres queridos, son los principales factores actualmente que desencadenan ansiedad y/o miedo en las personas según la experiencia de los psicólogos de Doctoralia.

Respecto al estado de ánimo, estos profesionales observan a día de hoy la aparición en algunas personas de cuadros depresivos donde los sentimientos de confianza, optimismo, vitalidad y energía disminuyen y aumentan los sentimientos pesimistas, de desesperanza y de soledad.

En cuanto a los cambios de humor y la ira, la conclusión va en la misma dirección: una gran proporción de casos de la población puede experimentar un aumento de sentimientos de irritabilidad y enfado ante la situación actual y los confinamientos selectivos.

Síndrome de la Cabaña o el miedo a salir de casa

La denominada “nueva normalidad” y los continuos rebrotes no se gestionan emocionalmente igual por todo el mundo y están desencadenando sentimientos de angustia, ansiedad, y miedo a salir de casa. Esta sintomatología se conoce como “Síndrome de la Cabaña”, y  la presentan en mayor medida las personas mayores quienes, al ser más vulnerables frente a la Covid-19, temen salir a la calle.

“La situación actual puede agravar de forma drástica la preocupación de nuestros mayores por aspectos como la salud y la muerte, y además, si no cuidan sus hábitos de conducta y de pensamiento, pueden experimentar un estrés bastante importante, optando así por la reclusión como forma de vida para sobrevivir a la situación actual”, afirma el psicólogo Miguel Ángel Garabal.

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