La espiral inflacionista en la que estamos inmersos añade más incertidumbre a las cuentas de la Seguridad Social. Según los últimos análisis elaborados por el Observatorio de Pensiones de WTW (antes Willis Towers Watson), el coste de la revalorización de las pensiones para 2023 puede superar los 12.300 millones de euros con un IPC medio del 7%, mientras que el efecto de la inflación sobre la recaudación por cotizaciones no está tan claro, ya que lograr aumentos salariales del 7% no parece una situación muy realista a día de hoy.
Como apunta Rafael Villanueva, mánager del área de Retirement en WTW España, con respecto al incremento del déficit por utilizar el IPC para definir las pensiones “Por cada punto de revalorización, el gasto en pensiones aumentará en unos 1.530 millones de euros. Para una revalorización del 7%, eso supone 10.710 millones. Hay que tener en cuenta que, además, esas cuantías se consolidan y hay que seguir pagándolas vitaliciamente”.
La revalorización de las pensiones
Con los datos actuales y los supuestos realizados por el Observatorio de Pensiones de WTW, el coste de la revalorización para 2023 se estima en 10.832 millones de euros. Esta estimación se refiere a la nómina de pensiones gestionadas por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, con complemento a mínimos, complemento para la reducción de la brecha de género y otros complementos. No incluye gastos de gestión (no forman parte de la nómina), pensiones no contributivas (gestionadas por el IMSERSO) o pensiones de Clases Pasivas.
Utilizando una metodología similar, el coste de la revalorización de Clases Pasivas ascendería a 1.307 millones de euros y el de las pensiones no contributivas a 196 millones de euros. El coste total de la revalorización, sumando también estas pensiones, se elevaría a 12.334 millones de euros.
Coste medido en términos de Valor Actual Actuarial
Para el Observatorio ha resultado interesante analizar también el coste medido en términos de Valor Actual Actuarial (VAA), porque la revalorización de 2023 no solo implica un aumento de coste para ese año, sino que ese mayor gasto se consolida y hay que seguir pagándolo a los pensionistas que sobrevivan. Bajo este criterio actuarial, los cálculos apuntan a un coste total debido a la revalorización de 2023 (suponiendo un 7,2%) de más de 165.000 millones de euros.
Quedan asimismo fuera de este cálculo otro tipo de prestaciones gestionadas por la Seguridad Social, como el Ingreso Mínimo Vital, la Incapacidad Temporal o las prestaciones familiares; así como las prestaciones del SEPE, como la prestación y el subsidio de desempleo.
El déficit contributivo de la Seguridad Social y las pensiones continúa corrigiéndose
Al haber desaparecido del cálculo los peores trimestres de la pandemia, el déficit contributivo de la Seguridad Social ha continuado corrigiéndose. En este sentido, en las cuentas de la ejecución de diciembre de 2021 hay algunas partidas con importes que, en opinión de los expertos del Observatorio de Pensiones de WTW, parecen descompensados, como el gran aumento de las cotizaciones de desempleados o la partida de cuotas de cese actividad de sus beneficiarios, que habrá que ir analizando todo exhaustivamente durante las próximas semanas.
También sigue mejorando de forma clara el déficit por operaciones no financieras, debido principalmente a las mayores transferencias del Estado en respuesta a la primera recomendación del Pacto de Toledo. Los expertos del Observatorio de Pensiones de WTW indican que el importe de esta transferencia no aparece desglosado en la ejecución presupuestaria, pero en la nota de prensa del Ministerio se expresa que ésta, junto con la del Ingreso Mínimo Vital (IMV), ascienden a 16.945 millones de euros, por lo que, al descontar el pago del IMV, estaría alrededor de 15.020 millones de euros. Esta transferencia, junto con los préstamos del Estado por importe de 13.830 millones de euros son, a grandes rasgos, los orígenes de los fondos que financian el déficit contributivo y que implican trasladar el déficit de la Seguridad Social al Estado.
“El objetivo era que en 2023 desapareciera todo el déficit por operaciones no financieras, por lo que en 2022 veremos cómo aumentan más las transferencias del Estado para dar cumplimiento a las recomendaciones del Pacto de Toledo. De todas maneras, el cálculo del déficit contributivo se hace hoy más necesario que nunca para saber cuál es la situación real del sistema en su parte contributiva”, concluye Villanueva.
También te puede interesar:
- SegurLike Planet by Cojebro llega al Machu Picchu
- Generali recauda más de un millón de euros para apoyar al pueblo ucraniano