El metaverso: así condicionará nuestro futuro

El metaverso: así condicionará nuestro futuro

En el futuro, el metaverso favorecerá una mayor conectividad, pero ‘no podrá sustituir a la presencialidad’, según los expertos.

Precedido por numerosos rumores, el conglomerado de redes sociales denominado Facebook pasó a llamarse Meta. La idea de Zuckerberg y su compañía era la de liderar el metaverso, un nuevo eslabón donde lo físico y lo digital se entremezclan gracias a la realidad virtual y la realidad aumentada.

Un año después, ¿cómo va a cambiar el metaverso nuestro futuro?

Una de las grandes posibilidades del metaverso es una mayor conectividad en todos los sentidos. Las reuniones de trabajo por videoconferencia, por ejemplo, algo que ya ha entrado de lleno en nuestras vidas, “pronto se harán con avatares y hologramas entremezclados”, pronostica José Ramón Ubieto, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

Asistiremos a conciertos sin salir de casa o en los que los músicos serán sustituidos por versiones holográficas de sí mismos. Los cursos en línea o las charlas y jornadas serán mucho más inmersivos y podremos interactuar con elementos del espacio diseñados para tal uso. La telesanidad, gracias a los accesorios de realidad virtual y realidad aumentada, será mucho más eficaz. También se aplicará a terapias psicológicas y educación.

Las compras a la cabeza

Las compras parecen uno de los sectores en los que el metaverso está llamado a integrarse antes en nuestra realidad. Según Pierre Bourdin —profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC— será uno de los grandes negocios de los proveedores del metaverso. “Cada proveedor es una especie de puerta hacia el metaverso. Todos buscarán que los usuarios entren pasando por ella, como ocurre con los centros comerciales: la idea es que vayas al súper y pases ante los escaparates de otras tiendas”, explica. Es decir, el proveedor podrá de esta manera vender o alquilar espacios virtuales a otras empresas siempre que su centro comercial sea el más atractivo.

Una sociedad más conectada y más entregada a lo lúdico

El metaverso llega también para revolucionar las relaciones entre personas. Es una evolución de lo que ya se hace en las redes sociales. Paradójicamente, la llegada de este mundo híbrido entre lo físico y lo digital demostrará la importancia de lo presencial, tal como anticipa Ubieto. “El mundo figital añade lo virtual como complemento de la corporalidad humana. Sin embargo, no la reemplazará porque nadie quiere vivir en un metaverso donde el sabor de los besos o la cerveza se pueden simular, pero no disponemos de nuestro cuerpo para saborearlos”, explica el experto.

Los usuarios también buscarán el cara a cara para compensar los encuentros en el mundo digital. “A medida que aumente esa realidad virtual, el valor de la presencia, con el misterio que siempre implica encontrarse con otros, ganará enteros”, afirma Ubieto.

La cara B

Por supuesto, hay una cara B. Así lo explica Pierre Bourdin: “Lo normal es que no dejemos de vivir para mirar la televisión o jugar videojuegos, pero algunas personas, pueden desarrollar adicciones que les aparten de su vida real y en casos extremos pueden llegar a perjudicar a su integridad psíquica y física, como la fatiga extrema o la depresión”.

Personas con problemas de timidez o de habilidades sociales podrían beneficiarse de esta nueva manera de relacionarse, pero “el problema surge cuando lo virtual sustituye (y no complementa) la presencia”, añade el Ubieto.

Un futuro que aún puede tardar

Las brechas digitales (geográficas, de género y socioeconómicas) o el precio aún poco asequible de cascos o gafas de realidad virtual parecen alejar la llegada de este mundo híbrido.

“No debemos subestimar ni sobreestimar su importancia”, dice Pierre Bourdin, que también contextualiza la relevancia del metaverso y de su uso o abuso, ya que es solo una herramienta. “No hemos de olvidar que se trata de una herramienta como el móvil o, si miramos mucho más atrás, la rueda”.

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