Solo una de cada cinco organizaciones españolas se siente preparada para hacer frente a las alteraciones en la cadena de suministro global.
Las empresas se centran en evitar las alteraciones de la cadena de suministro, causadas por factores que escapan a su control. Son plenamente conscientes de que invertir en la cadena de suministro es fundamental para satisfacer las demandas futuras.
Las organizaciones se enfrentan a un nuevo escenario de la cadena de suministros. A sí se desprende del último informe del Instituto de Investigación de Capgemini.
En lo que respecta a España
Sólo un tercio de las organizaciones está aplicando iniciativas tecnológicas para crear cadenas de suministro inteligentes. Con la finalidad de mejorar los beneficios empresariales, las principales áreas de inversión incluyen la colaboración con los distintos actores del ecosistema (81%) y el IoT y la conectividad (44%). Se sitúan muy por encima de la media mundial.
Entre las tendencias de sostenibilidad, la reducción de las emisiones de CO2 en todos los niveles de la cadena de suministro (94%) ocupa el primer lugar. Le sigue la gestión de los productos al final de su vida útil (82%). El 70% de las empresas nacionales tiene en cuenta criterios de diversidad a la hora de elegir sus proveedores. En línea con la media global (73%).
Sólo el 17% de las organizaciones españolas se sienten capacitadas para ofrecer servicios a medida en tiempo real (media mundial: 63%). El 36% se declara incapaz de transformarse y pasar de un producto a un servicio conectado (media mundial: 76%),
La resiliencia
El 82% de las empresas españolas manifiesta que no puede anticiparse a los posibles cambios en el mercado derivados de la cadena de suministro. El 93% afirma no encontrase en disposición de asegurar el acceso de sus clientes y proveedores al mercado en caso de alteraciones en dicha cadena. Además, el 96% considera les afectará de forma directa la deslocalización de la cadena de suministro a nivel mundial.
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