La última cumbre del clima, celebrada en Glasgow el pasado año, trajo compromisos en el plano financiero que hace pocos años eran impensables. Entre los más destacables, el pacto Glasgow Financial Alliance for Net Zero, con el que 450 entidades bancarias y aseguradoras comprometieron 130 billones de dólares en financiación para la acción climática entre este año y 2050, señala WTW.
Entre otras muchas cosas, la cumbre expuso con más claridad que nunca que la transición hacia una economía sostenible está también llena de oportunidades para el sector financiero. Los expertos en riesgo climático de WTW han analizado qué pueden hacer las aseguradoras para liderar y capitalizar esta transición e identifican seis áreas de acción prioritarias:
Avanzar hacia una evaluación de riesgos mejorada
Partiendo de la base actual de cuantificación de riesgos climáticos, tanto físicos como de transición, las aseguradoras deben sentar las bases de un nuevo modelo de evaluación flexible que refleje todos los matices del riesgo climático y sea capaz de incorporar los avances futuros de la ciencia climática. Para ello, las aseguradoras necesitan integrar herramientas analíticas fiables, modelos de impacto de catástrofes naturales y métodos avanzados de cuantificación del riesgo climático a nivel empresarial.
Además, el análisis de riesgos debe ir más allá de la cuantificación de los impactos probables para tener en cuenta cómo los esfuerzos para combatir el cambio climático y las medidas de adaptación y resiliencia pueden afectar los riesgos a corto, medio y largo plazo. En definitiva, el enfoque de evaluación debe siempre evolucionar de la mano de la ciencia climática y los avances en modelado y analítica.
Diferenciar las grandes pérdidas de las pérdidas climáticas
Los riesgos climáticos no son, en muchos sentidos, nuevos para el sector asegurador. De hecho, la mayoría encajan en categorías ya existentes de riesgos financieros y no financieros, como los riesgos comerciales, los operativos y los legales. Sin embargo, dado el carácter sistémico de los riesgos climáticos, las aseguradoras deben empezar clasificarlos de forma específica, considerando explícitamente los riesgos climáticos físicos, los de transición y cualquier cambio previsible en los riesgos legales y de responsabilidad.
Integrar el riesgo climático de forma transversal
Los riesgos climáticos no tienen impactos aislados en un área concreta del negocio, sino que afectan de forma transversal a muchas otras áreas. Por eso, deberían integrarse en los marcos de gestión de riesgos empresariales y, en especial, en los siguientes procesos:
- Gobernanza, incluyendo aspectos como el papel de la junta directiva en cómo la compañía responde y gestiona el riesgo climático.
- Identificación de riesgos afectados por el impacto del cambio climático.
- Análisis del apetito y tolerancia al riesgo.
- Medición e informes de riesgos que incluyan los riesgos climáticos para mejorar la toma de decisiones y la monitorización de los mimos.
- Gestión activa de las exposiciones al riesgo climático para alinear las estrategias de suscripción e inversión con las oportunidades a corto y largo plazo.
- Evaluación de los impactos de las medidas de adaptación y las estrategias de transición hacia una economía baja en emisiones de carbono.
Definir las necesidades de datos, señala WTW
La calidad de los datos es clave para gestionar de forma efectiva los riesgos climáticos. Las aseguradoras necesitan identificar las fuentes relevantes de datos, tanto internas como externas, que se alineen con su estrategia climática. Estos servirán, también, para respaldar las operaciones comerciales que contribuyan a una transición y un cambio reales.
Crear una estructura para la supervisión de riesgos y oportunidades climáticas
La gestión del riesgo climático va a implicar acciones en la estrategia empresarial, incluyendo dimensiones como el talento y el capital. Por ello, debe desarrollarse una estrategia coherente con objetivos específicos y claros en línea con los criterios de sostenibilidad ambiental y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Para lograrlo, las aseguradoras pueden definir los roles y las responsabilidades necesarias para alinear los objetivos de negocio con los climáticos.
Transparencia, información y compromiso, la sexta clave de wtw
Para mejorar en la comunicación climática, un buen paso inicial es elaborar un informe siguiendo las líneas marcadas por el Taskforce on Climate-related Financial Disclosures, (TCFD). Según lo acordado en la última cumbre del G7, este tipo de informes será obligatorio a nivel global a finales de 2025 y llevan a las empresas a abordar muchas de las cuestiones planteadas en este artículo, pero de forma estructurada y con plazos definidos.
Los expertos en riesgo climático de WTW consideran que, para navegar con éxito esta transición, las empresas del sector seguros han de diseñar una estrategia climática; desarrollar nuevos productos financieros específicos; mejorar la cuantificación y el análisis del riesgo. Y mejorar la monitorización y la comunicación de dichos riesgos. Es hora de centrarse en definir aspectos como quién está a cargo, a qué datos acceder, qué modelos usar y qué políticas adoptar, para que las empresas estén listas para emprender su transición climática, señala la firma.
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