Conciliación: datos que reclaman el equilibrio laboral



Conciliación: la asignatura pendiente del equilibrio laboral

El Consejo de Ministros tiene previsto sacar adelante la ampliación progresiva del permiso de paternidad desde las cinco semanas actuales hasta las 16 semanas que tienen las madres. De esta forma, ambos progenitores disfrutarán de permisos iguales, intransferibles y retribuidos.

El objetivo de esta medida es garantizar la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación. Se trata de una equiparación que reclama el 81,7% de la sociedad española, tal y como se desprende de la Encuesta sobre Jubilación y Hábitos de Ahorro de los españoles, elaborada por el Instituto Santalucía.

Según este estudio, los españoles consideran que la maternidad es uno los factores que más condiciona el desequilibrio entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo. Así lo cree el 82% de la población, que asegura que tener hijos penaliza la vida laboral de las mujeres. En este contexto, la conciliación se dibuja como la asignatura pendiente. Sólo una de cada diez mujeres piensa que la empresa en la que trabaja le permite conciliar.

Como indica el estudio, el 26% de las mujeres encuestadas se han acogido o plantean acogerse a una reducción de jornada para cuidar de sus hijos, un porcentaje que desciende al 10,8% en el caso de los hombres. A la hora de solicitar excedencias por cuidado de familiares se evidencia la brecha existente: de las más de 57.000 excedencias que se tramitaron en 2018, el 89,4% fueron solicitadas por mujeres y solo el 10,6% por hombres.

Para José Manuel Jiménez, director del Instituto Santalucia, “las grandes desigualdades en el cuidado de hijos suponen para muchas mujeres vidas laborales más cortas. Además, a esto se suma la brecha salarial existente (20% de diferencia por género), lo cual implica que la cotización de las mujeres a la Seguridad Social sea menor que la de los hombres. Y esto, a su vez, tiene su reflejo a la hora de generar derechos de pensión”.

La brecha de género, también en la pensión de jubilación

La brecha salarial y la mayor involucración de la mujer en la vida familiar en detrimento de la carrera laboral, acaba repercutiendo en la cuantía final de su pensión. De hecho, la pensión media de jubilación que reciben las mujeres es un 35% inferior a la de los hombres (casi 450 euros menos). Sin embargo, cabe destacar que esta brecha de género parece estar estrechándose lentamente en las nuevas altas. En la última década, la brecha de género en materia de pensiones de jubilación ha pasado de ser de un 44% en 2008 a un 21% en 2018.

En palabras de Jiménez, “las mujeres reciben una pensión por jubilación inferior a la de los hombres que, además, perciben durante un periodo más dilatado al vivir más tiempo. Sin embargo, esta circunstancia ya no se manifestará de manera relevante a medida que las mujeres más jóvenes, que participan tan activamente como los hombres en el mercado de trabajo, se vayan incorporando a la jubilación. No obstante, si ambos desean mantener su nivel de vida previo a la jubilación, es recomendable que completen la pensión pública con algún otro tipo de rentas planificadas a estos efectos. Es en esta capacidad de ahorro donde la brecha de género queda también patente: mientras el 50,8% de los hombres afirma estar tomando medidas para su retiro, en el caso de las mujeres esta cifra es del 39,1%”.

Para reducir esta diferencia y que la maternidad no penalice en la cuantía final de la pensión, desde 2016, todas aquellas mujeres que accedan a la jubilación y hayan tenido dos o más hijos, tienen derecho a recibir un complemento en su pensión contributiva de entre el 5% y el 15%. Este complemento reconoce la contribución demográfica de la Seguridad Social de las madres trabajadoras, una medida con la que el 86% de la población se muestra de acuerdo y que considera justa por el tiempo que dedican al cuidado de los hijos.

Sin embargo, el 85% cree que esta medida es discriminatoria para las mujeres que solo han tenido un hijo, ya que deberían estar consideradas también para este complemento, sobre todo si se tiene en cuenta que España tiene una de las tasas de fertilidad más baja de Europa, 1,34 hijos por mujer.

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