El sector inmobiliario es el que más ha crecido en empleo en España en 2018



Esta rama laboral ha generado un 22,1% más de empleo que un año antes

Hace unos días The Adecco Group, empresa especializada en la gestión de recursos humanos, presentó -en colaboración con los investigadores de Barceló y Asociados– la primera parte del VI Monitor Anual Adecco de Ocupación: un detallado análisis de la evolución del empleo según la ocupación en España.

En esa primera entrega se analizó el perfil demográfico del nuevo ocupado español: varón, andaluz, mayor de 25 años y con formación superior. También se pudo observar que la ocupación de inmigrantes estaba creciendo a mayor ritmo que la de personas de nacionalidad española.

En la segunda entrega del VI Monitor Anual Adecco de Ocupación se analizará el perfil socioeconómico de los nuevos ocupados españoles: qué sectores han acaparado la creación de más puestos de trabajo, qué tipo de empleo se ha creado (por cuenta ajena o propia) y si la contratación está siendo temporal o indefinida.

Como ya se vio hace unos días, el número de ocupados en España alcanza actualmente los 19,5 millones, el número más alto en diez años. En los últimos doce meses, el número de personas que trabajan en nuestro país ha aumentado en 478.800, lo que supone un incremento interanual de un 2,5%. Además, el empleo ha crecido en 16 de las 17 comunidades autónomas españolas (todas menos Asturias, donde ha caído un 0,9%).

Si clasificamos el empleo en 11 ramas de actividad (agricultura, agua y energía, manufacturas, construcción y siete ramas de servicios), vemos que tres de ellas concentran casi dos de cada tres empleos en el conjunto de España. Son comercio y hostelería (30,1% del empleo total), administraciones públicas y servicios sociales (21,8%) y manufacturas (12,5%). Estas mismas tres ramas de actividad son las que más trabajos proveen en once comunidades autónomas, aunque no en todas ellas con la misma importancia relativa.

Canarias y Baleares se diferencian del resto por la mayor importancia de la rama de comercio y hostelería, que da cuenta, respectivamente, del 46% y del 45,8% de todos los puestos de trabajo (-0,7 p.p. y +0,8 p.p., respectivamente). Al mismo tiempo, son las regiones donde el empleo de las manufacturas tiene un peso más bajo (4,8% en Baleares y 3,2% en Canarias).

La situación inversa está representada por Navarra y La Rioja, que son las autonomías donde el empleo de las manufacturas alcanza su mayor importancia relativa (25,1% y 26%, respectivamente) y la del comercio y hostelería una relevancia relativamente baja (un 22,9% en Navarra y un 24,2% en La Rioja).

Las actividades profesionales alcanzan un mayor desarrollo en la Comunidad de Madrid y Cataluña, con un 13,8% y un 11,5% del empleo total, respectivamente. Extremadura (28,5%) y Castilla y León (25,4%) son las regiones en las que el empleo de AA.PP. y servicios sociales ocupa un espacio mayor. Extremadura (14,2%) y la Región de Murcia (13,2%) son los únicos casos en los que el empleo de la agricultura, ganadería y pesca supera el 10% del total.

En el conjunto de España, siete de las 11 ramas de actividad han incrementado su ocupación a lo largo de los últimos doce meses, en tanto que en las cuatro restantes se ha producido un descenso del empleo. Actividades inmobiliarias (+22,1% interanual), agua y energía (+8,3%) y construcción (+7,4%) exhiben las variaciones más amplias. Sin embargo, el mayor número de nuevos empleos ha correspondido a AA.PP. y servicios sociales (163.800; +4%).

En el otro extremo, la actividad económica donde más empleo se ha destruido ha sido finanzas y seguros, con una caída interanual de un 5,9% (pérdida de 26.900 puestos de trabajo). Menores han sido las bajadas en Información y comunicaciones (-1,6%), servicios culturales (-1,3%) y agricultura y ganadería (-1,1%).

En todas las ramas de actividad hay comunidades autónomas en las que el empleo ha crecido y otras en donde se ha reducido. El empleo en AA.PP. y servicios sociales ha aumentado en 15 regiones (todas menos Murcia y Navarra). Le ha seguido la construcción (crece en todas excepto Castilla y León, Baleares y Extremadura). El caso opuesto ha sido el de finanzas y seguros, rama en la que el empleo ha bajado en 11 autonomías. En las actividades profesionales, aunque la ocupación ha crecido un 3,1% a nivel nacional, hay nueve comunidades en las que el empleo ha caído.

Canarias es la autonomía en la que el incremento del empleo ha tenido un origen más diverso. En efecto, esta región presenta aumentos interanuales en la ocupación en nueve de las 11 ramas de actividad (todas menos en la agricultura y las actividades inmobiliarias). También ha tenido un origen relativamente diverso el aumento del empleo en Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña, la Comunidad Valenciana y La Rioja, con ocho ramas mostrando incrementos. En Castilla y León, Navarra y el País Vasco, aunque el empleo total ha aumentado, apenas ha crecido la ocupación en cinco ramas.

Comparando el número de ocupados último de cada rama de actividad con el del mismo mes de 2008, se advierte que hay cinco con un incremento del empleo a lo largo de esos diez años. Son actividades inmobiliarias (+36,8%), AA.PP. y servicios sociales (+13,6%), agua y energía (+9%), actividades profesionales (+6,2%) y comercio y hostelería (+2,4%).

Las ramas que han sufrido la mayor contracción del empleo en los últimos diez años son la construcción (-48,7%), las manufacturas (-17,7%) y finanzas y seguros (-17,5%). En información y comunicaciones, servicios culturales y otros, y agricultura, ganadería y pesca, el nivel de ocupación es similar al de hace diez años (un descenso de menos del 4%).

La diferente evolución en el empleo ha significado un cambio en la composición de la ocupación por ramas de actividad. En esencia, la construcción y las manufacturas han perdido una participación (5,4 y 1,9 puntos porcentuales, respectivamente) que ha sido ocupada por AA.PP. y servicios sociales, comercio y hostelería y actividades profesionales (que han ganado 3,6 p.p., 2,2 p.p. y 1,1 p.p., respectivamente). Las demás ramas de actividad exhiben ahora prácticamente la misma participación que en 2008 (variaciones de hasta tres décimas).

Si separamos los empleos en dos grandes categorías, asalariados y no asalariados, vemos que la totalidad de los puestos de trabajo creados en los últimos doce meses en nuestro país corresponde a la primera. En efecto, el número de asalariados ha tenido un incremento interanual de 526.900 personas (+3,3%), al mismo tiempo que el de no asalariados se ha reducido en 49.700 (-1,6%).

Sin embargo, dentro de cada una de las categorías hay diferencias. Por ejemplo, entre los no asalariados solo ha aumentado el número de empleadores, con un alza interanual de 11.700 personas (+1,2%). Al mismo tiempo, se ha reducido el número de autónomos (-45.700, -2,2%) y el de otros (donde se incluyen principalmente miembros de cooperativas y personas que ayudan en el negocio familiar sin remuneración), que se ha reducido en 15.700 (-13,1%).

Entre los asalariados, ocho de cada diez nuevos empleos se han originado en el sector privado, que ha aumentado la contratación en 421.400 personas (+3,3% interanual). En el sector público el número de asalariados ha crecido en 105.400 (+3,4%).

Así, desde el punto de vista de la situación profesional, tenemos que los 19,5 millones de ocupados españoles se corresponden con 16,4 millones de asalariados y 3,1 millones de no asalariados. A su vez, los trabajadores por cuenta ajena se dividen en 13,3 millones de asalariados en el sector privado y 3,2 millones en el público. Por su parte, los no asalariados pueden desagregarse en dos millones de autónomos, casi un millón de empleadores y 104.100 personas en otras situaciones.

El peso del empleo asalariado dentro de la ocupación total es ahora de un 84,2%, la proporción más alta que registran las estadísticas y mayor que el 82,3% que había en 2008 (antes del estallido de la crisis). La importancia del empleo público viene descendiendo desde comienzos del año 2012, cuando representaba un 21,7% frente al 19,1% en junio de 2017 (la menor proporción desde 2008). Desde entonces se aprecia una ligera tendencia ascendente, con el 19,3% actual.

El segmento de no asalariados supone un 15,8% del empleo total, que es el menor porcentaje registrado hasta ahora y 1,9 p.p. menos que en 2008. Solo cuatro comunidades autónomas exhiben un aumento simultáneo en el número de asalariados y no asalariados: Canarias, Cantabria, la Comunidad Valenciana y Extremadura.

Los mayores incrementos interanuales en el número de no asalariados (empleadores y autónomos) corresponden a Cantabria (+13,9%) y Extremadura (+6,8%). En el caso de los asalariados, los aumentos más significativos se han dado en La Rioja (+12,8%) y Baleares (+9,1%).

Precisamente, ha sido La Rioja la autonomía que presenta el mayor contraste entre la evolución de los asalariados y los no asalariados. Mientras el primer grupo ha crecido un 12,8% interanual, los no asalariados se han reducido un 21,9%, la mayor caída a nivel autonómico. Asturias es la única región en la que se han reducido simultáneamente el número de unos y de otros.

En lo que a crecimiento del empleo público se refiere, han destacado Baleares (+21,9% interanual), Cantabria (+14,9%) y la Comunidad Valenciana (+13,8%), que son las únicas que presentan crecimientos de dos dígitos. Por el contrario, hay tres autonomías en las que el número de asalariados públicos ha mostrado una caída interanual. Se trata de Murcia (-10,4% interanual), la Comunidad de Madrid (-4,1%) y Castilla-La Mancha (-1,9%).

También hay diferencias significativas en la evolución del colectivo de asalariados del sector privado. En un extremo, La Rioja, con un incremento interanual de un 14,6%, seguida de cinco regiones con aumentos de poco más del 7%, entre las que destacan Canarias (+7,4%) y Baleares (+7,2%). Y en el otro, dos regiones han reducido este grupo: Asturias (-2,5%) y Cantabria (-2,4%).

Las dos comunidades autónomas en las que el empleo público supone una mayor proporción de la ocupación total son Extremadura (24,3%) y Asturias (19,7%). La situación contraria es la que se observa en Baleares y en Cataluña, regiones en las que el empleo público tiene el menor espacio en el empleo total, con un 12,4% y un 12,8%, respectivamente.

Solo hay seis comunidades en las que el empleo asalariado privado supone más del 70% de la ocupación total: la Comunidad de Madrid (73,7%), Canarias (71,9%), Cataluña (71,5%), Baleares (70,1%), Navarra (70,6%) y la Región de Murcia (70,5%). Finalmente, las cuatro regiones en donde el empleo no asalariado representa una parte más amplia de la ocupación total son Extremadura (20,3%), Galicia (19,8%), Castilla y León y Asturias (18,8% en ambos casos).

Otro ángulo desde el que se puede analizar la evolución del empleo asalariado es según sea la duración de su contrato: indefinida o temporal. Cerca de un 70% de los empleos asalariados creados en los últimos doce meses ha sido de carácter indefinido: la contratación de 526.900 asalariados se divide en la incorporación de 374.100 personas con un contrato indefinido (+3,2%) y otras 152.800 con uno temporal (+3,5%).

Los 16,4 millones de asalariados que hay en España en la actualidad se dividen en 11,9 millones de asalariados con contrato indefinido y 4,5 millones con contratación temporal. La tasa de temporalidad (proporción de asalariados temporales dentro del colectivo de asalariados) se ha incrementado ligeramente hasta el 27,4%, una décima más que un año antes. Sin embargo, es una proporción que aún dista del 29,3% que, por ejemplo, se registraba en el tercer trimestre de 2008.

En once autonomías se ha repetido lo registrado a nivel nacional, es decir, un alza simultánea de la contratación indefinida y de la temporal. En ocho de ellas, el número de los temporales ha crecido a más velocidad que los indefinidos. La Rioja es una de ellas y además es la que encabeza el crecimiento de ambos colectivos: +11,8% los indefinidos y +15,7% los temporales.

En lo referente a la contratación indefinida, le sigue la comunidad balear, donde esos contratos han tenido un aumento interanual de un 11,2%, con los temporales creciendo un 4,8%. La segunda autonomía con mayor incremento en la contratación temporal ha sido Castilla-La Mancha (+11,4%); en este caso, los contratos fijos han aumentado un 2,2%.

En la Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia y la Región de Murcia, mientras ha crecido el grupo de asalariados fijos, ha caído el de temporales. Lo contrario ha ocurrido en Cantabria. La mayor disparidad se encuentra en el caso extremeño (+9,2% los fijos y -1,7% los temporales).

Sin embargo, es la Comunidad Valenciana la región donde más han caído los contratos temporales (-4,5%). Por su parte, Cantabria exhibe el peor resultado en cuanto a la contratación indefinida (-1,2%). Una vez más, el caso asturiano ha sido distinto a todos: se ha destruido empleo indefinido (-0,6% interanual), pero el temporal ha quedado igual que hace un año.

Extremadura (36,6%), Andalucía (35,4%) y Murcia (33,9%) son las únicas regiones en las que más de un tercio del total de asalariados trabaja con contratos temporales. En el extremo opuesto está la Comunidad de Madrid, con un 19,9%, siendo la única en donde esta variable es inferior al 20%. Le siguen Cataluña (22,9%) y Navarra (23,1%).

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