Una contrarreforma laboral sería un empleocidio de gran magnitud



José Luis Feito. IEE

Así se expresa José Luis Feito, presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE). Su opinión, publicada en la revista Actualidad Económica el 11 de febrero de 2019, se concentra en las causas de los males laborales españoles, especialmente en las fases descendentes del ciclo económico que es cuando en España se destruye empleo a más velocidad que en el resto de países del entorno.

“Esta es la relación clave para comprender nuestros males laborales y sobre la que hay que actuar para erradicarlos: la evolución del empleo y del paro durante la fase bajista del ciclo”, explica Feito.

El origen del problema: el comportamiento del empleo y del paro en el inicio de la etapa recesiva

“Después de cinco años de vigorosa expansión económica e intensa creación de puestos de trabajo, a finales del pasado año el nivel de empleo aún era inferior al existente antes de la crisis y la tasa de paro todavía casi duplica la registrada en 2007. Nuestra tasa de empleo continúa siendo una de las más bajas de la UE”. El problema es precisamente la destrucción indiscriminada de empleo durante la crisis. En 2013, cuando el país tocó fondo, el PIB registraba una caída del 7% y el nivel de empleo un 18%. “Caídas de esta magnitud sólo se encuentran en los años de la Gran Depresión del pasado siglo”.

De acuerdo con la opinión de José Luis Feito, las explicaciones de algunos expertos centradas en las singularidades españolas —factores específicos de la crisis— no son correctas, sino que “caídas porcentuales del empleo del orden de dos veces y medio la caída porcentual del PIB constituyen una evidencia clamorosa de instituciones laborales altamente deficientes y perniciosas para el empleo, sean cuales sean las especificidades de la estructura productiva del país”.

Los costes de despido y la estructura de la negociación colectiva, causas principales del problema

“Las principales características institucionales de nuestro mercado de trabajo que generan ese comportamiento diferencial del empleo y del paro en España durante las etapas recesivas son esencialmente dos: los desorbitados costes del despido y la ineficiente estructura de la negociación colectiva”, continúa el autor. “La legislación laboral que ampara la estructura de la negociación colectiva en España prima el recorte del empleo como mecanismo de ajuste ante caídas de las ventas de la empresa, cegando otras posibilidades de ajuste como la reducción de jornada o la movilidad geográfica y funcional de los trabajadores”.

Por ello, subraya “si se lleva a cabo una contrarreforma, eliminando los avances conseguidos en la reforma de 2012 para paliar la incertidumbre de la tutela judicial o administrativa en los despidos colectivos y en los despidos por causas económicas, la destrucción masiva de empleo sufrida en la crisis (en cualquiera de las crisis que hemos padecido) se volverá a reproducir en el siguiente episodio recesivo. Además, la contrarreforma tendría un impacto negativo inmediato sobre las expectativas empresariales, que afectaría tanto a las inversiones nacionales como internacionales, con lo que se acortaría la expansión y se limitaría la creación de empleo”.

Conclusiones

“El crecimiento del empleo y de la economía a lo largo de estos años están, en buena parte, siendo impulsados por los ajustes engendrados por aquellas masivas pérdidas de producción y empleo. La reforma del mercado de trabajo de 2012, al mejorar las expectativas empresariales y disipar el miedo a contratar, ha contribuido positivamente a la salida de la crisis, y permitirá afrontar mejor la próxima recesión. Sin embargo, en ausencia de medidas adicionales, será insuficiente para impedir que volvamos a sufrir mayores pérdidas de empleo por unidad de producto que los demás países cuando nos enfrentemos a una pronunciada desaceleración de la actividad económica. Una contrarreforma laboral sería un regreso al pasado, una operación desnortada para recomponer la mortífera maquinaría de destrucción masiva de empleo que tanto daño nos ha causado. Supondría, en suma, si se me permite autocitarme, cometer un empleocidio de enorme magnitud”.

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