Según el estudio ‘Cigna 360 Wellbeing’, la volatilidad e inmediatez del mercado laboral multiplican los niveles de ansiedad y frustración.
En un mercado laboral dinámico y en constante cambio como el actual, crecen las situaciones de estrés y ansiedad, incluso antes de que el propio empleado se haya incorporado al puesto de trabajo. Los nuevos retos —la digitalización, el teletrabajo, el nacimiento y desaparición de profesiones— y la demanda de nuevas habilidades generan inquietud e incertidumbre de cara al futuro laboral. Esto se incrementa cuando el trabajador ha de enfrentarse a procesos de selección dilatados en el tiempo, en los que no recibe ninguna respuesta.
Procesos de selección sencillos y ágiles favorecen la estabilidad
Es en este último caso donde peligra el bienestar integral de los aspirantes. Al no tener una respuesta de ningún tipo, entran en una situación de bloqueo que alimenta su inseguridad y que puede convertirse en un conflicto a la hora de enfrentarse a futuras entrevistas.
La complejidad y la dilatación en el tiempo de los procesos de selección pueden llegar a convertirse en un agravante de los niveles de ansiedad, frustración e, incluso, desesperación. El reclutador fantasma (ghosting) muestra, además, una inmensa falta de profesionalidad.
Para Blanca Martín Elola, HR Business Partner de Cigna España “las personas son el principal valor de la compañía y quienes logran los verdaderos éxitos. Por ello, creemos que es de vital importancia ofrecerles procesos de incorporación que resulten sencillos, naturales y ágiles y que no supongan una situación de agobio constante”.
Pautas para combatir el ghosting laboral
1.- Construir un vínculo emocional con los candidatos. El objetivo es promover la confianza y evitar situaciones de miedo e inseguridad en caso de que el candidato tenga que comunicar un cambio de rumbo a última hora. Apostar por una interacción en persona para dar a conocer necesidades y expectativas, o incluir historias personales que humanicen el proceso son dos estrategias clave.
2.- Potenciar la resiliencia individual y empresarial. Ante un escenario laboral rodeado de incertidumbre, la salud mental de los trabajadores debe ser un aspecto primordial. Por ello, es importante la elaboración de planes de prevención que permitan hacer un correcto seguimiento del estado emocional del equipo.
3.-Calma. La búsqueda de empleo puede llegar a afectar de manera negativa al bienestar emocional de las personas. A menudo la impaciencia, la presión externa, las finanzas o la propia insatisfacción pueden acelerar la toma de decisiones hacia el camino incorrecto.
4.- Impulsar una comunicación bilateral con el trabajador. En la mayoría de las ocasiones, es el reclutador el que se pone en contacto con el aspirante. No obstante, es aconsejable que el candidato tenga también una forma de acceso a la empresa. Aclarar las tareas asignadas al puesto de trabajo mediante reuniones de control puntuales, establecer metas razonables son herramientas fundamentales para proteger al empleado de una situación estresante o frustrante.
5.- Ofrecer una experiencia positiva desde el primer día. Una vez superado el proceso de selección, es esencial que la nueva incorporación al equipo se sienta cómoda e integrada.
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