El comienzo de septiembre supone para la mayoría de la población el fin de las vacaciones y el retorno a las rutinas. Este cambio, si se produce de forma abrupta, puede acarrear problemas en el bienestar emocional. Tanto de adultos como de niños, generando el conocido ‘síndrome postvacacional’.
Se debe evitar este trastorno ya que, en los casos más graves, puede derivar en serios problemas. Como malestar físico, irritabilidad, estrés, frustración, problemas de sueño, cansancio, falta de apetito o menor productividad.
Nuevo curso sin estrés postvacacional
“Para afrontar un nuevo curso escolar, es conveniente que los padres planifiquen junto a sus hijos, de acuerdo con su edad y sus capacidades, un proceso de adaptación para que la vuelta a la rutina no sea tan estresante. Una semana antes del inicio de las clases, podemos ir retomando gradualmente las rutinas de sueño, horarios de comidas, baños, y ayudarles a preparar el material escolar, libros o ropa”, explica Andrés Córdoba, psicólogo de BluaU de Sanitas. “Cada año, por estas fechas, se produce un aumento de las consultas tanto presenciales como online en psicología para afrontar este proceso”, matiza.
“Es importante estimular la actividad cognitiva de los niños, y darles responsabilidades que vayan preparándolos para la vuelta al colegio, y a la rutina de realizar sus deberes; así como una adaptación progresiva a la hora de irse a la cama”, explica Marta López Capapé, jefa de sección de Urgencias y Consultas Externas de Pediatría del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
Consejos para combatir el síndrome postvacacional
Por todo ello, los expertos de Sanitas han elaborado un listado con consejos para adultos y para los más pequeños del hogar de cara a combatir el síndrome postvacacional y allanar el terreno hacía la rutina.
No apurar hasta el último día
Aunque es común querer aprovechar las vacaciones al máximo, no es aconsejable que el retorno de dichas vacaciones se produzca justo el día antes de reincorporarse al trabajo o al colegio. Esto se debe a que pasar en tan sólo un día de un contexto vacacional a otro de trabajo y esfuerzo puede ser un shock mental duro. Por ello, se recomienda retornar al hogar unos cuantos días antes para poder asimilar el cambio.
Recuperar la rutina de sueño
El cuerpo necesita varios días de repetición de un horario para acostumbrarse y conseguir que las horas de sueño sea más reparadoras y de mayor calidad, por lo que se aconseja que, tanto adultos como niños, intenten ir adaptando sus horarios a los de su rutina durante su última semana de vacaciones.
Asumir responsabilidades progresivamente
La introducción de pequeñas tareas y objetivos también sirve para ir adaptando la mente a las responsabilidades que esperan a la vuelta del descanso. “En el caso de los niños, se les puede ir encargando tareas o acciones que estimulen su actividad cognitiva, y existen infinidad de actividades o juegos en los que pueden divertirse mientras comienza a aclimatarse, como la lectura, juegos de matemáticas, cartas, pasatiempos o pintura”, afirma la pediatra López Capapé.
Introducir novedades con respecto al curso anterior
Es recomendable generar una carga de ilusión para el arranque del nuevo curso; al reencuentro personal con compañeros y amigos, se puede añadir el inicio de una nueva actividad, de ocio o pasatiempo, que ayude a estimular el cerebro. Como aprender a cocinar, montar en bicicleta o tocar un instrumento musical. «Algo altamente recomendable en el caso de los niños”, añade la especialista del Hospital La Moraleja.
Con apenas un poco de planificación, estos consejos allanarán la vuelta de la rutina para todos los miembros de la casa. Y podrán ayudar a esquivar o mitigar los efectos negativos del síndrome postvacacional; que apenas dura más allá de 2 o 3 semanas. En caso de que persistieran dichos efectos, se recomienda acudir a un especialista psicólogo, explica la compañía.
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