El uso de seres humanos en experimentos llevados a cabo por empresas privadas con fines lucrativos presentan una práctica no regulada, altamente reprobable desde un punto de vista ético
El escándalo de los experimentos que encargaron y financiaron tres de las marcas de automóviles más emblemáticas de Alemania está sacudiendo los cimientos del sector. Un total de veinticinco personas voluntarias y diez monos macacos son los protagonistas de esta historia, en la que los tres gigantes del motor les hicieron, supuestamente, inhalar gases emitidos por motores diésel para determinar los efectos que estos tienen sobre el sistema respiratorio y sobre la circulación sanguínea. Sigue leyendo