
Las altas temperaturas del verano pueden afectar de forma significativa al apetito de las personas mayores, provocando lo que se conoce como hiporexia, explica Sanitas Mayores. Este descenso en la ingesta de alimentos, unido a factores como la deshidratación o la soledad, puede comprometer la salud general, generando riesgos de desnutrición, pérdida de masa muscular o debilitamiento del sistema inmunológico. Sigue leyendo