Es algo inevitable pero a nadie le gusta hablar de la muerte. Ni de la propia ni de la de un ser querido. Pero lo cierto es que ante esos duros trances, la mejor opción es estar bien protegido, ya sea con un seguro de vida o de decesos, que permita a nuestra familia hacer frente a todos los gastos y los obstáculos que se presentan cuando un ser querido nos deja. Sigue leyendo