¿A quién no le ha sucedido alguna vez? Puertas rayadas, retrovisores arrancados de cuajo, lunas rotas o encontrarse el coche con un golpe sin que nadie haya dejado una nota en el parabrisas. No son simples gamberradas o travesuras: son acciones de incivismo vial que crean situaciones muy injustas y que, en ocasiones, pueden acarrear graves consecuencias jurídicas. Sigue leyendo