El fin de la obligatoriedad de las mascarillas en interiores, este 20 de abril, marca un antes y un después en una crisis sanitaria que ha tenido un gran impacto no solo a nivel de salud física, sino también psicológica. En este sentido, la salud mental ha cobrado especial protagonismo a lo largo de los dos últimos años a raíz del aumento de patologías derivadas de las restricciones de movilidad, el confinamiento o los protocolos sanitarios por la pandemia. Sigue leyendo