Desde principios de este 2019, el norte de España sufre una oleada de incendios forestales inédita en pleno invierno. Primero fue Asturias. Temperaturas inusualmente altas, ausencia de lluvias y fuertes vientos del sur —con ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora— alimentaron decenas de fuegos en diferentes puntos de la región. Pese a la intervención de los bomberos y la activación de los correspondientes protocolos, centenares de hectáreas de monte sucumbieron a las llamas.
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