
El verano es sinónimo de descanso, ocio y desconexión. Pero también puede convertirse en una de las épocas más exigentes para la economía familiar. Para muchas personas, los planes vacacionales, el tiempo libre con los hijos o los cambios de rutina suponen un aumento considerable del gasto, justo cuando más se desea disfrutar sin preocupaciones. Sigue leyendo