En los últimos años, los fenómenos atmosféricos extraordinarios (DANA, inundaciones, lluvias torrenciales, nevadas, granizo, etc. se han multiplicado. Por ejemplo, en septiembre de 2019 se produjeron en Murcia y Alicante lluvias con intensidades medias de 425 litros por m2, y en enero de este año Filomena provocó una nevada histórica en el centro de la península, colapsando Madrid y Toledo. “Estos fenómenos meteorológicos, que comienzan a dejar de ser puntuales, acarrean un incremento de trabajo de tales dimensiones que exigen a los gabinetes periciales métodos de trabajo diferentes a los habituales”, explica Juanjo Mendoza, director general de Grupo GAB. Sigue leyendo