
La frustración es parte de la vida. Cuanto antes se aprende a lidiar con ella, más se fortalece la salud mental.
Los adolescentes hoy en día son menos maduros que en generaciones anteriores. La pandemia les ha separado de sus iguales y les ha empujado a una hiperconexión tecnológica. Pero también hay un componente de sobreprotección paterna. Sigue leyendo