Las organizaciones son actores clave en la promoción de la salud integral. Especialmente después de que la vuelta a la oficina tras la sexta ola de la COVID-19 o el modelo de trabajo híbrido estén interfiriendo en la rutina laboral de los españoles y, por ende, en su bienestar emocional. Por este motivo, se hace especialmente relevante la adecuación de las políticas de salud a los nuevos entornos laborales con el objetivo de ayudar a los empleados a aumentar su resiliencia y a afrontar las transformaciones continuas. Para conseguirlo, es necesario instaurar estrategias que permitan afrontar los cambios con éxito: la implantación de una cultura preventiva, potenciar un nuevo tipo de liderazgo o las políticas de desconexión laboral son algunos ejemplos muy útiles en este sentido. Sigue leyendo