
Tras varias semanas de temperaturas inusualmente suaves, la entrada abrupta del frío marca el inicio real del invierno y obliga al organismo a adaptarse rápidamente, un proceso que puede afectar especialmente a los grupos más vulnerables, como personas mayores, pacientes con enfermedades cardiovasculares o respiratorias crónicas y quienes presentan un sistema inmunitario debilitado. Sigue leyendo









